¿Usted puede imaginarse cómo es un campo de guerra? Trincheras, barricadas, bombas, campo minado, soldados atentos a todo y a cualquier movimiento.
¿Usted se distraería en un lugar como ese? ¿Se detendría a conversar, a cantar un nuevo hit o a entretenerse junto a sus amigos? Por supuesto que no. Es una guerra y las consecuencias de una distracción pueden ser mortales.
No se enrede
Cuando asumimos la verdadera fe en Dios y en Su Palabra, debemos ser conscientes de que entramos a una guerra contra nuestro adversario espiritual. Observe lo que la Biblia dice al respecto:
“Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar…” 1 Pedro 5:8
Y al reconocer que estamos en una guerra espiritual, no podemos distraernos e involucrarnos emocionalmente con las cosas de este mundo.
“Ninguno que milita se enreda en los negocios de la vida, a fin de agradar a aquel que lo tomó por soldado. Y también el que lucha como atleta, no es coronado si no lucha legítimamente.” 2 Timoteo 2:4-5
Por esta razón, surgen muchos problemas que afligen a los que se dicen ser “de la fe”. Porque están distraídos y gastan su valioso tiempo con cosas que hacen que se alejen de Dios en vez de acercarlos al Autor y Consumador de la fe.
El obispo Edir Macedo explica que el apóstol Pablo utilizó el ejemplo militar para alertar a los que decidieron seguir y servir al Señor Jesús, porque en el periodo del Imperio Romano, ningún soldado se involucraba con lo que no tenía relación con su vida militar.
“Las reglas de la guerra que se le imponían al soldado lo excluían de cualquier compromiso que pudiera desviar su enfoque de la batalla”, aclara el obispo.
Él también destaca que “un soldado del Señor Jesús debe priorizar, de la misma manera, su privilegio de servirlo”, y explica qué es necesario para esto.
“Para cumplir esta misión es necesario renunciar a los llamados seculares, a las tentaciones, al pecado y comprometerse por completo con el Evangelio”, concluyó.
¡Tenga cuidado! La Biblia ya nos advierte que días terribles están por venir. Situaciones capaces de confundir, incluso a los escogidos (Mateo 24:24). El Señor Jesús está a las puertas y los que estén relajados, en pleno combate, se quedarán atrás.
“Velad, pues, porque no sabéis el día ni la hora en que el Hijo del Hombre ha de venir.” Mateo 25:13
El mayor placer de todos los que poseen la Plenitud de la Presencia de Dios en su interior está en las cosas de lo Alto.
Ya que nada de este mundo los atrae, porque saben que nada se compara a lo que Dios está preparando para los que Lo aman.
Si usted desea recibir el Espíritu Santo o si ya Lo recibió y quiere un avivamiento espiritual, participe de las reuniones que se realizan en la Universal más cercana a usted. Para ver las direcciones ingrese aquí.
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