Jonathan Gonzaga: “Tenía mala relación con mi papá y la tristeza se iba acumulando. A los 13 años empecé a sentirme, solo, angustiado, triste. Me veía como una porquería, al mirarme al espejo no me aceptaba. Me preguntaba por qué estaba vivo, qué sentido tenía vivir.
Discutía con mi familia, iba al baño, veía mi reflejo y me golpeaba la cara con los puños, era la única manera de aliviar el dolor. Cuando las marcas en mi rostro llamaron la atención, me los daba en el pecho o en el estómago. La depresión me hizo buscar refugio en diferentes relaciones. Pero las peleas se sumaron a las que tenía con mi familia.
Estuve tan mal que quise quitarme la vida. Iba en bicicleta y escuché el tren, estaba llorando y una voz decía que me mate. Perdí el control de mi cuerpo y el tren se acercaba. Había escuchado hablar de Dios y le pedí que me salve. La bicicleta se frenó, caí al piso, el tren pasó a centímetros. Temblaba, mi papá vino a buscarme y me llevó a la Universal.
Ahí tomé la decisión de obedecer a Dios. Lo primero que quitó fue la depresión, después las enfermedades. Los que me ven, no creerían lo deprimido que estaba y cuánto cambié gracias al Señor Jesús”.
Participe este viernes a las 12 h en el Templo de la Fe, Av. Corrientes 4070 – Almagro o en la Universal más cercana a usted. Haga clic aquí y vea las direcciones de la iglesia.
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