¡Vigilia “Heme Aquí”, con todo el pueblo de Uruguay, en nuestra 2° Visita Misionera al país!
Llegaron al lugar que Dios le había dicho y Abraham edificó allí el altar, arregló la leña, ató a su hijo Isaac y lo puso en el altar sobre la leña. Génesis 22:9
Las personas están preocupadas en llegar a un destino impuesto por: la sociedad, familia, moda, etc. Pero el Único que nos puede decir a dónde debemos llegar es Dios.
Debemos llegar al Altar. Si llegamos a otro lugar seremos frustrados, pero si llegamos a donde Dios dice seremos realizados. Y no es solo llegar al Altar, es subir al Altar.
Leña: oración, ayuno, venir a la iglesia, las cosas espirituales.
“Ató a Isaac”: Dios ya sabía que Abraham iba a sacrificarlo, pero lo pidió para que él pudiera probarse a sí mismo.
Dios es Autosuficiente, no necesita nada. Él nos pide para enseñarnos. En el Altar no debemos hablar, porque en el Altar se sacrifica.
Isaac: Representa su pasado.
Cuando Dios nos pide algo no es para quitarnos, es para multiplicar, es para hacer aquello que no pensábamos.
Hizo venir a los sacerdotes y a los levitas y los reunió en la plaza oriental. Entonces les dijo: Oídme, levitas. Santificaos ahora, y santificad la casa del Señor, Dios de vuestros padres, y sacad lo inmundo del lugar santo. Porque nuestros padres han sido infieles y han hecho lo malo ante los ojos del Señor nuestro Dios, le han abandonado, han apartado sus rostros de la morada del Señor y le han vuelto las espaldas. También han cerrado las puertas del pórtico y han apagado las lámparas, y no han quemado incienso ni ofrecido holocaustos en el lugar santo al Dios de Israel. Por tanto vino la ira del Señor contra Judá y Jerusalén, y Él los hizo objeto de espanto, de horror y de burla, como lo veis con vuestros propios ojos. Porque he aquí, nuestros padres han caído a espada, y nuestros hijos y nuestras hijas y nuestras mujeres están en cautividad a causa de esto. Ahora he decidido en mi corazón hacer un pacto con el Señor, Dios de Israel, para que el ardor de su ira se aparte de nosotros. Hijos míos, no seáis ahora negligentes, porque el Señor os ha escogido a fin de que estéis delante de Él, para servirle y para ser sus ministros y quemar incienso. 2 Crónicas 29:4-11
Somos templo y morada del Espíritu Santo. Quien llenó el Templo, es la Gloria de Dios. Puede tener todo, pero si no tiene la gloria, la persona se vuelve desequilibrada.
Santificar: Sacar lo inmundo.
Si le damos la espalda a Dios, somos infieles y fracasamos como seres humanos, porque solo Dios puede enseñarnos cómo ser un buen ser humano.
No mires a los malos ejemplos, mirá a los buenos.
Dios nos da el Mandamiento, si lo obedezco, la Promesa se cumple. Si desobedezco, sufriré las consecuencias.
Todos tenemos capacidad, todos podemos aprender. Cuando enfrentamos una guerra y perdemos, es porque estamos solos sin el Señor de los Ejércitos. Cuando reconocemos nuestro real estado, Dios nos transforma, de criatura a hijo.
Dios trabaja con el ahora, no importa lo que pasó y sí de ahora en adelante. No seamos más negligentes, no nos preocupemos por estar delante de personas, valoremos siempre estar delante de Dios.
Incienso: Son las palabras que nosotros le decimos a Dios, que revelan lo que tenemos dentro.