Solución: Por más vueltas que demos a nuestra vida, la realidad es sólo ésta: todos buscamos una solución. Para nuestra propia falta de salud o de un familiar, para las deudas que no paran de aumentar, para la dependencia de las drogas de un hijo o para el desempleo de larga duración… Pero, cuando la solución se presenta, muchas veces cuestionamos su eficacia o si valdrá la pena el empeño. Y muchos hacen esto, especialmente cuando se trata de sacrificar, el único acto que traerá para nuestra vida aquello que tanto deseamos: ¡la SOLUCIÓN!
Actitud: Es uno de los aspectos más admirables de encontrar en una persona. De hecho, no hay nada que una persona con actitud no consiga superar. Es la actitud la que caracteriza la forma de actuar de una persona y la que está en base de una reacción. Sin actitud no hay conquista, pues la primera es el motor de la segunda. Es la actitud la que nos lleva a cada uno de nosotros, seres humanos, a sacrificar en la medida necesaria por un determinado objetivo.
Conquista: Habla mucho de su sabor, pero, en realidad, no tiene paladar. Es como subir una montaña empinada y llegar a la cumbre, reclamándola para usted. En realidad, hasta en el diccionario, la palabra “conquista” viene descrita como “algo que se obtiene a través de esfuerzo o trabajo”, pues todo lo que es obtenido con facilidad no nos da ningún placer. El curso deseado, la salud restaurada, la recuperación de un hijo, la prosperidad económica, todo lo que es digno de ser preservado exige un proceso de conquista, que está subyacente a un determinado acto de sacrificio.
Resultado: Es aquello que resulta de un acto o de un hecho, o sea, es una consecuencia de algo que fue hecho o dicho previamente. Y todo lo que hacemos, voluntaria o involuntariamente, en la vida ofrece resultados, ahora, si son o no los esperados, ese es el hecho sobre el que debemos siempre reflexionar. La gran cuestión es que hagamos o no alguna cosa, hablemos o callemos, tomemos una actitud o escojamos no actuar, los resultados siempre vienen. También, existe la posibilidad de convertir el resultado en favorable para nosotros, a partir del momento en que plantamos la “simiente” del resultado que deseamos cosechar.
Inspiración: La inspiración es nuestra facultad creadora. En verdad, cada uno de nosotros, teniendo conocimiento de eso o no, tiene la posibilidad de utilizar esa misma capacidad para recrear la propia vida. Nosotros somos lo que pensamos, estamos dónde ya nos imaginamos estar y ésta es una realidad que no puede cambiar. Sin embargo, la inspiración tanto puede ser positiva como negativa, todo dependerá de la orientación que le damos y del estado de nuestro espíritu.
Fe: La Fe es la creencia sin límites y dice la Palabra de Dios que todo es posible al que cree. Esta es la herramienta que utiliza quien ansía por una solución y que toma una actitud para conquistar el resultado que la inspiración le indicó. Es la fe que nos transporta para el desembarque del sacrificio, pues, sin ella, no existe motivación para realizar el esfuerzo máximo humano que produce los resultados antes considerador imposibles.
Ideas: Se dice que el ser humano tiene más de mil pensamientos en un solo día. Si hacemos la selección entre los pensamientos mundanos y los que realmente pesan en nuestra vida diaria, sin duda sobrarán cientos que podemos etiquetar de ideas. Buenas o malas, la verdad es que las ideas surgen en nuestra mente de manera abundante. El Mundo fue creado basado en una idea, o sea, en una representación mental de Dios. Y todo lo que existe hoy en día fue previamente idealizado, incluso nuestra propia vida. Todo lo que existe de bueno o de malo en nuestra existencia, feliz o infelizmente, fue traído por nosotros, sea por nuestros buenos o malos pensamientos.
Corage: El progreso es hecho de pequeños actos de corage. ¿Qué es el corage? Es el valor frente a un peligro, la energía en ejecución en una tarea difícil, la perseverancia. En realidad, el corage presupone actitud, ya que nadie se autodefine como corajoso sin que existan actos que sustentan este hecho, o sea, sin pruebas de corage, no pasa de palabrería barata. Y los mayores actos de corage se traducen en los mayores sacrificios realizados.
Inversión: Cuando tenemos un punto de partida, pero deseamos conquistar algo superior, no existe otra forma de hacerlo sino recurrir a la inversión. Para aumentar, desarrollarnos, ampliarnos o apoderamos de lo que sea, es necesario tener la intrepidez suficiente para abdicar momentáneamente de lo que tenemos para alcanzar lo que verdaderamente deseamos. Ningún posible inversor está satisfecho con su actual situación, pues, en realidad, deseamos siempre más.
Oportunidad: Pocas personas consiguen reconocerla cuando surge. Muchas, ciegas por el miedo, hasta piensan que se trata de una amenaza disfrazada, algo que, a largo plazo, será para su mal. Sin embargo, lo que ellas desconocen es que algo que en el momento puede parecer malo, de hecho, puede convertirse en una oportunidad. Todo dependerá de la propia persona: de su actitud, corage, inversión, inspiración, etc… ¡Las personas más corajosas son las que reconocen en algo aparentemente malo una oportunidad disfrazada!