A la bulimia se le conoce popularmente como la enfermedad de los secretos, ya que las personas que la padecen ocultan su comportamiento enfermizo de tal manera, que es realmente difícil detectarla.
Este padecimiento consiste en la ingesta desaforada de alimentos, durante momentos cortos y luego en deshacerse de lo ingerido mediante la provocación del vómito, sea consciente o inconscientemente, u otros métodos igualmente dañinos.Cuando el bulímico está comiendo pierde el control y no puede parar de comer hasta que se siente muy lleno, es por esta razón que generalmente, tienden a comer a escondidas. El problema sobreviene después, cuando terminan de comer, pues se sienten culpables, por tener una adicción que no pueden manejar y es cuando deciden vomitar.También sufre verdaderos trastornos emocionales, se siente muy inseguro, se menosprecia y cree que no tiene voluntad. Su problema se vuelve inmanejable y todo lo anterior lleva a la persona a una depresión crónica de la que no podrá salir sin ayuda.
Algunas de estas personas no optan por vomitar, sino que buscan otras formas de eliminar el exceso de alimentos que se han comido, a la vez que se autocastigan por el miedo de engordar, o por su supuesta debilidad, y hacen ejercicio en exceso o toman diuréticos y laxantes, en busca de perder el peso que les molesta.La bulimia tiene serios efectos en la salud física, como lesión en el esófago por forzar el vómito, sangrado del estómago y los intestinos, erosión del esmalte de los dientes, ácido estomacal en la garganta y problemas estomacales crónicos que pueden tener consecuencias muy serias.
Puede azotar a cualquier persona sin importar sexo o edad, e incluso sin importar si verdaderamente sufre de un sobrepeso. Este tipo de desorden se considera una enfermedad con causas emocionales, mentales y fisiológicas.Dentro de las causas emocionales, se puede entender que se desordena el proceso alimenticio para resolver otros problemas tales como la ansiedad, el abandono, el miedo o la vergüenza. La pérdida de control con todo lo que tiene que ver con la comida se considera más un problema mental y las razones fisiológicas consisten en que muchas veces estas personas están condicionadas genéticamente, a sufrir este tipo de adicción.Esta enfermedad conlleva siempre el desarrollo de un comportamiento compulsivo obsesivo que se puede observar por la presencia de varios síntomas.
Se puede mencionar el comer alimentos con alto contenido calórico o que se ingieren fácilmente. De igual manera, el comer en grandes cantidades y hacerlo en secreto, es un claro signo de una posible bulimia.Por otro lado, si la persona hace demasiado ejercicio, el peso le varía a menudo en un rango de 5 kilos; se pone en dietas estrictas, utiliza laxantes, diuréticos u otros medicamentos para bajar de peso, definitivamente hay muestras de la existencia de un problema relacionado con el régimen alimenticio.Si tres o más de estos signos están presentes, es mejor acudir a médicos o psicólogos que puedan ayudar a controlar la enfermedad, antes de que sea demasiado tarde. Difícilmente, una persona que sufre este desorden puede volver a ser dueña de sus actos y a manejar su relación con la comida con una óptica más sana.
Es muy importante tener presente que si alguien de sus casas se levanta “algunas veces” de su silla, con pretextos o sin ellas, del comedor, vigilen su comportamiento, ya que es muy probable que se esté provocando vómitos para luego volver a comer como si nada.
La familia es muy importante en este tipo de enfermedades ya que es fundamental conocer a sus integrantes para que puedan reaccionar a tiempo para ayudarlos, de otra manera, suelen ser candidatos a una muerte inminente.