La Argentina resultó el país de América Latina que mostró la mayor reducción de la pobreza desde el 2002 hasta el 2010, impulsado fundamentalmente por el fuerte crecimiento de la economía.
El informe denominado “Panorma Social de América Latina 2011” destaca que Argentina disminuyó los niveles de pobreza en 36 puntos porcentuales en el período considerado, lo que la convirtió en líder regional en esta cuestión, seguida por Perú, con una reducción de 23,8 puntos porcentuales, y Venezuela, con una merma de 20,8 puntos. Según la CEPAL, “la reducción de la pobreza en la región ha sido posible gracias a la complementariedad de los efectos crecimiento y distribución”.
La entidad dependiente de Naciones Unidas precisó -a través de un informe presentado a mitad de semana- que “durante el período 2002-2010, nueve países redujeron la pobreza principalmente a partir del crecimiento de los ingresos medios”. El efecto crecimiento contribuyó a la reducción de la pobreza y “fue particularmente importante en Argentina, Colombia, Ecuador, Honduras y República Dominicana, donde el mismo fue responsable de un 80% o más de la caída de la pobreza”.
En particular, el crecimiento contribuyó a la diminución de la pobreza en la Argentina en 80%; en Perú contribuyó en un 73%; mientras que en Honduras y Costa Rica aportó en 86% y 83%, respectivamente, entre los casos más destacados. La crisis económica desatada en el 2009 no frenó esta tendencia. “La pobreza no solamente se ha reducido adicionalmente, sino que lo ha hecho con un mayor énfasis redistributivo”, dijo la secretaria Ejecutiva de la CEPAL, Alicia Bárcena, al presentar el informe.
Respecto de la disminución de la desigualdad entre 2002 y 2009 en Argentina, el factor de más peso en este sentido fue la reducción de la desigualdad del ingreso laboral.
En concreto para el país fue determinante “el alza del ingreso mínimo” y “el aumento de ingresos no-laborales entre los hogares más pobres (básicamente en lo que respecta a un mayor acceso a beneficios jubilatorios, el aumento de las jubilaciones mínimas y la extensión de los programas sociales)”, explicó el documento.
Dichos ingresos no laborales contribuyeron “con un 50% o más de la reducción de la desigualdad de los ingresos por adulto en Chile, Ecuador, Paraguay, República Dominicana y Uruguay, mientras que en Argentina y Brasil su contribución fue superior al 40%”. De esta forma, concluye el informe “al considerar los cambios acumulados entre 2002 y el año 2010 (o 2009, según la disponibilidad de información), 11 países presentaron mejoras distributivas en sus niveles de desigualdad, independientemente del indicador utilizado para su medición: Argentina, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, México, Panamá, Perú, Uruguay y Venezuela”.
En lo que respecta a la región en general, el informe de la CEPAL sostiene que la pobreza se redujo en un punto porcentual con respecto al 2010, el más bajo nivel en las últimas dos décadas. Bárcena dijo que este año la tasa de pobreza en la región cerrará en 30,4 por ciento, lo que significa que habrá tres millones menos de pobres que en 2010. La indigencia, mientras tanto, subiría levemente al 12.8 por ciento.
En 2010, la tasa de pobreza había llegado a 31,4 por ciento, mientras que la de indigencia se ubicó en 12,3 por ciento. “La región cerrará este año con 174 millones de habitantes en situación de pobreza, 73 millones de ellos en condiciones de pobreza extrema o indigencia.
En 2010 se contabilizaron 177 millones de personas pobres, de los cuales 70 millones eran indigentes”, precisó Bárcena durante una rueda de prensa brindada en Santiago de Chile. El aumento de la indigencia se habría producido por el alza en los precios de los alimentos, la cual contrarrestó el incremento previsto en los ingresos de los hogares pobres.