Con coraje se conquista y con la confianza se establece lo que fue conquistado. Pero la conquista no siempre es una señal de éxito, porque no siempre se mantiene lo que se conquista.
Ejemplo de eso es el casamiento, pues no todos los que se casan se mantienen casados. Ya que a los primeros síntomas de dificultades, la mayoría de los matrimonios prefieren abandonar la confianza entre ambos. Y, así, se abandona la fe con la misma facilidad con la que se separa.
Conquistar el éxito es algo fácil, lo difícil es mantenerlo, para que esto acontezca es necesario que la persona permanezca firme en su objetivo, pues las dificultades aparecen para todos, pero cuando la persona tiene la estructura para soportarlas, logra permanecer firme en su propósito. Y Dios no nos ha dado fe apenas para conquistar, sino, sobre todo, para establecer aquello que conquistamos. Sin embargo, parece que muchos han mostrado esfuerzo en las conquistas personales pero se han descuidado en el mantenimiento de lo conquistado. Eso tal vez porque los bienes materiales les han dado la sensación de bienestar y comodidad.
Entonces, si la seguridad en uno mismo es la herramienta de conquista, obviamente no se puede jamás permitir que ella se debilite, disminuya ni esté en riesgo alguno.
Y la persona que se esforzó para conquistar, sabe de la importancia de permanecer usando su fe y mantenerla en actividad, no solo para conquistar, sino también para establecer lo que se conquistó, de lo contrario esta perdería su fuerza y también lo que conquistó.
¿Qué es más importante, conquistar o establecer?
¡Ambos! Y la seguridad es un “arma” tanto de conquista como de edificación, pues no sirve sólo conquistar, es necesario establecer, o sea, hacer que la conquista sea estable. Pero, en los días actuales, las personas son “inmediatistas”, pues, quieren resultados inmediatos y cuando eso no sucede se desaniman.
Los “inmediatistas” no tienen visión, ni siquiera consiguen ver el futuro, sólo ven el “aquí” y el “ahora”. Pero el visionario, por su parte, sabe que no es de un día para otro que las cosas suceden. Entonces, ¿cuál es el mejor camino para establecer las conquistas? Ser estricto consigo mismo, siendo una persona correcta y fiel ante la ley, actuando de manera lícita, clara, sin ninguna forma de mentira o engaño, y principalmente, ser insistente. Estas son las formas sabias para que las conquistas se establezcan. Otro secreto: rodearse de personas positivas que piensen en grande, pues de acuerdo con las actitudes que tomemos hoy obtendremos los resultados mañana.