Alba Saldaña había terminado su matrimonio y al mismo tiempo perdió su empresa, entonces todo comenzó a desmoronarse. Tuvo que enfrentar la situación de quedarse sola con sus dos pequeños hijos. Además tenía 300.000 pesos en una deuda y sus propiedades embargadas.
El poco dinero que tenía lo gastaba en medicamentos por las enfermedades que sufría. Pero cuando se decidió a confiar en Dios, todo cambió.
Vea la transformación en su vida económica, participe este lunes a las 8, 10, 16 y 20 hs. en Av. Corrientes 4070, Almagro; y en el Cenáculo del Espíritu Santo más cercano a usted.