Miriam vivía medicada, su psiquiatra le había recetado pastillas porque sufría una fuerte depresión y en sus pocos momentos de lucidez, fantaseaba con la idea de morirse como una posible solución; las migrañas no la dejaban pensar con claridad, se sentía triste y vacía. Además, le costaba comer, estaba muy angustiada. Estuvo un año en terapia, pero cada vez estaba peor.
Cuando puso su vida en las manos de Dios, todo cambió. En dos meses se liberó de todo su sufrimiento.
Venza los males que destruyen su vida este viernes a las 8, 10, 12, 16 y 20 hs., en Av. Corrientes 4070, Almagro o en el Cenáculo del Espíritu Santo más cercano a su hogar