El obispo Julio Freitas enseña que para recibir el Espíritu Santo es necesario dejar la idolatría y la debilidad de lado
La Biblia deja bien claro que para tener el Espíritu Santo es necesario que la persona deje de practicar lo que desagrada a Dios. El obispo Julio Freitas ha subido diariamente a su blog consejos para desintoxicarse de las viejas manía y de cómo convertirse en un candidato al bautismo.
Desintoxíquese de la debilidad
La debilidad puede revelarse en diferentes circunstancias, pero se hace evidente cuando la persona dice creer en Dios, pero retrocede ante una decisión que tiene que tomar. Ella simplemente no tiene coraje para sacrificar y dice: “no puedo…”; “no lo logro…”; “es difícil para mí…” y, cuando lo hace, lo hace por la mitad, con debilidad, ora, evangeliza, va a la iglesia, da su ofrenda, ayuna, trabaja estudia, pero nunca termina nada porque es débil, y peor aún, todos a su alrededor le dicen: “¡tu dios es débil!”
“El Señor es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? El Señor es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? (…) Aunque un ejército acampe contra mí, no temerá mi corazón; aunque contra mí se levante guerra, yo estaré confiado.”, (Salmos 27:1, 3).
Desintoxíquese de la idolatría
Al contrario de lo que se piensa, la idolatría no se ve apenas en relación a las imágenes de santos o efigies, en verdad, el amor y la confianza excesiva en algo o alguien, sea quien fuere, es una forma de idolatría. Poner siempre en primer plano en su vida un objetivo, bien material y hasta incluso aun familiar es un obstáculo para que la persona se apegue totalmente a Dios.
“No tendrás dioses ajenos delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra.”, (Éxodo 20:3, 4).