Un trastorno que avergüenza a quien lo sufre
La alimentación compulsiva es considerada un trastorno alimenticio común. Sucede cuando una persona consume regularmente una gran cantidad de comida, de una sola vez, o se alimenta incluso cuando no tiene hambre. La alimentación compulsiva puede suceder en individuos de cualquier sexo, raza, edad o situación socioeconómica, y quien sufre de este trastorno aumenta con frecuencia de peso y se vuelve susceptible a contraer una gran variedad de enfermedades.
Infelizmente, no hay una cura reconocida para este trastorno, pero existe una variedad de opciones de tratamiento que pueden ser exploradas cuando el problema es diagnosticado.
El origen de la compulsión, según especialistas, puede ser por cuestiones genéticas, psicológicas o de fragilidad emocional, aliadas a un desequilibrio hormonal, como en el caso de mujeres que están en el período de posparto.
La compulsión difiere de la bulimia apenas en un punto: La persona no siente la necesidad de vomitar después del abuso alimenticio. Muchos usan laxantes como forma de eliminar los excesos alimenticios. Una variante del problema es la compulsión alimenticia nocturna, cuando los impulsos se dan durante la noche o incluso de madrugada.
Se necesita ayuda médica
De acuerdo al trabajo publicado por el Departamento de Nutrición de la Universidad federal de Minas Gerais (Brasil), quien sufre de alimentación compulsiva debe someterse a un tratamiento médico y nutricional, así como terapia psicológica. Después de una evaluación de la salud del paciente, el médico podrá o no recetar un medicamento para ayudar a equilibrar a los neurotransmisores.
Consultar un nutricionista también es importante para orientar al compulsivo a comer adecuadamente, enseñándole a comer de forma fraccionada y lenta.
Síntomas típicos de una persona con alimentación compulsiva:
– Ingerir una cantidad excesiva de comida, incluso cuando no tiene hambre;
– Comer hasta sentirse muy lleno o con nauseas;
– Esconder hábitos alimenticios por vergüenza;
– Esconder comida para episodios de voracidad;
– Esconder paquetes vacíos o cajas de alimentos y generar basura en exceso;
– “Picar” o comer constantemente mientras haya comida disponible;
– Comer cuando está bajo presión o se siente psicológicamente inferior;
– Expresar descontento con la apariencia, peso o autoestima.