Si usted quiere aprender más sobre la Palabra de Dios, participe del Estudio del Apocalipsis, todos los domingos a las 18 hs.
¿Acaso puede el amor a los perdidos darnos el derecho de vivir en el pecado? O ¿puede el amor intenso justificar una multitud de pecados? ¡Claro que no! ¡Es por la fe en el Señor Jesús que somos justificados! ¡Es Su sangre que nos purifica de todo el pecado, no el amor!
Lo que el apóstol Pedro dijo es que el intenso amor que tenemos hacia los demás es lo que hace que conozcan al Señor Jesús y ¡sean salvas! ¡Esa es la manera de amar que cubre multitud de pecados!
Después de todo, ¿no creemos que el Señor está en nosotros? Y siendo El amor, y viviendo en Él, ¿no tenemos que manifestar ese amor? Pero, ¿es posible amarnos unos a los otros con el amor de Dios y aun así permanecer en el pecado?
¡De ninguna manera! Está escrito: “nosotros hemos conocido y creído el amor que Dios tiene para con nosotros. Dios es amor, y el que permanece en amor permanece en Dios y Dios en él.” (1 Juan 4.16)
“He aquí que viene con las nubes…” (Apocalipsis 1.7) ¡es el gran mensaje central del Apocalipsis! ¡Nuestro Señor y Salvador viene! Él se lo prometió a Sus discípulos: “Y si me voy y os preparo lugar, vendré otra vez y os tomaré a mí mismo, para que donde yo esté, vosotros también estéis.” (Juan 14.3)
Cuando Jesús vino la primera vez, veo como un Cordero, para sacrificarse por la humanidad, vino como la ofrenda de Dios para reconciliar consigo mismo al ser humano.
Aquella vez, Él no vino para juzgar, sino para salvar. Y después de 3 días separado de Su Padre y del Espíritu Santo, ¡el Señor Jesús resucitó! Por 3 días, por primera vez en toda la eternidad, ¡el Hijo quedó fuera de la Santísima Trinidad!
Si quiere aprender más de la Palabra de Dios, participe del Estudio del Apocalipsis, todos los domingos, a las 18 hs, en Av. Corrientes 4070, Almagro.