A veces, parece que Dios no oye, no ve y no percibe todo lo que necesitamos. Sin embargo, al contrario de lo pensado, Él sabe todo lo que pasa en nuestros pensamientos.
En Mateo 6:26 está escrito:
Mirad las aves del cielo, que no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; y vuestro Padre celestial las alimenta. ¿No valéis vosotros mucho más que ellas?
Existen cosas que parecieran ser tan grandiosas para nosotros, pero olvidamos que Dios puede realizar todas las cosas en un abrir y cerrar de ojos. Un viaje deseado, una fiesta que no puede costearse, un inmueble que se quiere adquirir, y hasta un antojo de alguna comida específica, una prenda de ropa. Todo eso puede paracer imposible, dependiendo de la fase en la que se está, Dios la ve y la realiza.
Respuestas y vivencias
En cada realización de Dios en nuestras vidas, Él responde a una oración, a un pensamiento que tuvimos e imaginamos en lo más profundo de nuestro ser, que lo sabíamos sólo nosotros. Pero no. Dios oyó y realizó algo que estaba en secreto en su mente y corazón.
No debemos olvidar que Él es un Dios de amor, que realiza todas las cosas, pero en el momento y de la forma que Él quiere. El cuidado de Dios llega por caminos aparentemente tortuosos e imposibles, mereciendo el nombre de milagro.
Eso sólo sucede cuando le damos la debida atención al versículo citado arriba: si Dios cuida a las aves del cielo, imagine a usted.
No se preocupe, Dios lo está cuidando a usted y a todos sus deseos, aunque delante de sus ojos no ocurra nada. Él nunca se olvida de usted.