“La ex versus la actual”
Laura es una joven que terminó su noviazgo con un hombre admirable. Ni ella sabe el motivo de esa decisión, tampoco comprende que el distanciamiento fue sucediendo de a poco, y de forma tan delicada, que cuando se dio cuenta, ya se encontraba demasiado lejos de él. Laura pasó a querer llenar esa falta, pero su tristeza, en el fondo, es saber que su amor no está en los lugares en los que lo busca. El dilema de Laura es intentar reencontrar a su amado, que un día fue despreciado, y que ella teme que la rechace.
No entendí muy bien esa situación. Bianca era una joven delgada, baja de estatura, pelo oscuro y largo, pero con una firmeza tan grande en su voz que me pareció una persona de mucha personalidad.
-Me gustaría conversar contigo- dijo con un tono altivo mientras me miraba fijamente. A su lado, estaba una señora frágil de apariencia. Después supe que era su mamá.
Confieso que por la manera tan dura con la que me habló, como si yo fuera una intrusa en su vida, terminé diciendo que no hablaría con nadie. Pero, mi mamá, claro, intentando mediar en la situación, abrió el portón y les pidió a las dos que entraran.
Yo creía que ella, en realidad, era la “ex novia” de mi novio, pero mi mamá, que alentaba a que mi relación termine, por creer que yo “merecía algo mejor”, creyó prudente oír lo que la joven tenía que decirme.
Se acomodó al borde de la silla y cruzada de piernas comenzó a decir:
-Bueno… Sé que estás saliendo con Beto… Para mí eso es una locura, porque él no te valora. Sabes que yo ya tengo un hijo de dos años con él, ¿no? Bueno, ahora estoy embarazada otra vez.
-¿Qué?
– ¿Cómo, él no te lo contó? ¿Acaso no son novios? Pensé que en su relación existía la sinceridad… -¡Qué irónica!, pensaba por dentro.
¡Eso me mató!
– Mira -le dije- No creo nada de lo que me estás diciendo. Si eso fuera verdad, él ya me lo habría contado. De repente él no sabe del embarazo. Es más, qué le garantiza que ese hijo sea realmente de él…
– El problema, querida -me interrumpió abruptamente- Es que él ya sabe que estoy embarazada. ¿Sabes, por qué? Porque antes que ustedes comenzaran a salir, nosotros salimos varias veces. Eres una tonta, perdóname…
Ni necesito contar cómo me sentí… Sin mencionar que ella contó varias conversaciones que yo tenía con él. ¿Cómo podría saber tantos detalles?
– El me cuenta todo lo que le dices…
Ya había llegado a mi límite. Y como ella no se iba, yo salí para no entrar en su juego. Pero eso me debilitó tanto… No fue su enfrentamiento, sino el hecho de yo haber sido tan estúpida, y haber llegado al punto de pelear con mi papá, ignorar los consejos de mi papá y enfrentar todo y a todos para entrar de lleno en una relación que sólo me iba a hacer sufrir.
¿Por qué sucedió? ¿Por qué insistimos en darnos contra la pared, cuando uno, en el fondo, sabe que insistir no va a servir de nada?
Lógicamentente, fui en busca de Beto para sacar todas mis dudas. Y él, evidentemente, lo negó todo. A pesar de haberme jurado que todo fue un invento de ella, no logró explicarme cómo sabía de nuestras conversaciones íntimas. Aunque lo intentó, sólo vi cinismo en él.
Fue entonces cuando decidí vengarme…
Espere la continuación.