Cuando la persona nace de Dios, lo primero que sucede es el llanto de alegría, al igual que cuando una criatura nace y el médico lo toma de las piernitas y le da unas palmadas en la cola. Cuando nacemos del Espíritu Santo se produce un llanto de alegría, de gozo; e incluso en medio de los problemas y las situaciones difíciles, tenemos paz. Aunque el mundo se esté cayendo sobre nuestra cabeza, tenemos paz, porque es algo que Dios hace y está en nuestro interior.
Usted puede incluso entender eso, pero sólo lo sabrá realmente cuando lo experimente. Es eso lo que tiene que suceder. Cuando nacemos del Espíritu, hay una paz perfecta y, junto a ella, viene la alegría del Espíritu Santo. No es nada forzado o manipulado, sino algo que viene de lo Alto, invade su ser y, donde sea que esté, usted tendrá esa paz, porque nunca saldrá de su interior.
Nosotros, los de la Universal, somos tan perseguidos, y yo particularmente soy muy calumniado en todo el mundo. Pero duermo tranquilo, hay paz, y yo creo que usted puede sentir esa paz en mis palabras. Y hay más: cuando la persona tiene es nuevo nacimiento, cuando nace de Dios, tiene un brillo diferente en los ojos, diferente a las personas que no lo tienen. Cuando usted nace del Espíritu Santo, se convierte en la persona más feliz del mundo. Y es eso lo que quiero para ustedes: que sean felices. Pero esa felicidad no depende de mí, depende de que nosotros prediquemos, hablemos, y estemos con ustedes; pero, por sobre eso, depende de su actitud. Cuando usted dé un giro de 180º y comience a andar, contrariando sus deseos y satisfaciendo los de Dios.
Que Dios bendiga a todos.
Si quiere el nuevo nacimiento o una renovación, venga este miércoles a las 20 h en Avenida Corrientes 4070 Almagro
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