Durante esta semana, publicaremos fragmentos del libro “Mujer V” de Cristiane Cardoso, para que sirva de reflexión
Ella se hace tapices; de lino fino y púrpura es su vestido.
(Proverbios 31:22)
Cuando somos niñas, crecemos pensando que somos merecedoras de la atención de todos. ¡Una simple sandalia de taco alto o un collar brillante es suficiente para hacernos sentir la niña más bonita del barrio! Entones crecemos, y comenzamos a leer revistas, ver películas, programas de televisión, y terminamos absorbiendo su concepto de “belleza verdadera”. Miramos nuestro cuerpo y notamos que no formamos parte de aquel grupo. Mil ideas vienen a nuestra mente: “solamente las piernas largas y “flacas son maravillosas”, “las rubias se divierten más”, “adelgaza hasta el talle small y vas a ser linda como ella”, “fulana es la mujer más bonita del mundo, lástima que no seas como ella” y “¿arrugas, ojeras, papada? ¡Muchacha, haz alguna cosa con tu rostro!”
Entonces, nos miramos al espejo y atacamos.
¿Quién le dio a los medios el poder de decidir lo que es bonito y lo que no lo es? ¿Tú se lo diste? ¡Yo definitivamente no se lo di! Nosotras somos las que deberíamos decidir lo que es bonito para nosotras.
Ahí aparece la Mujer V. Esa Mujer me sorprende en todo momento. Ella cuida de su familia, de sus finanzas, de su casa, de las personas necesitadas. Y todavía tiene tiempo para cuidar de sí misma. Eso es algo que raramente se ve hoy en día. O es ocho u ochenta: o ella es aquella mujer maravillosa que da comida a los necesitados, y sirve en su iglesia pero está fuera de forma y viste ropa de dos décadas atrás, o entonces ella es aquella mujer preocupada con su imagen y su posición social, que vive sólo para cuidar de su apariencia, o de su casa y familia. A veces yo me pregunto qué sucedió el correr de los años, qué nos separó tanto de nuestras raíces ¡Tendrá eso algo que ver con el movimiento feminista, que nos alejó de nuestros valores originales?
La Mujer V vivió en una era pre-feminista, y, por lo que hemos leído hasta ahora, parecía ser muy feliz de esa manera. Ella se cuidaba. ¿Sabías que cuando estás feliz contigo misma te cuidas más?
Piensa en las veces en la que te sentías mal, y en cómo te fue difícil encontrar ropa para ponerte, simplemente porque no tenías ánimo. Está todo relacionado, desde la manera como te sientes en relación a ti misma hasta la manera como te cuidas. Si estás triste te separas de los demás, y probablemente vistes ropas oscuras y sin vida, ¡sin darte cuenta! Está en el subconsciente, muy profundo para ser notado.
Siendo así, el secreto el cuidado de ti misma comienza con tu actitud. No basta que digas que vas a comenzar a cuidarte y que sea lo que Dios quiera. Primero, necesitas estar consciente de por qué debes cuidarte.
Extraído del capítulo “Ella es disciplinada”, del libro “La Mujer V – moderna a la moda antigua”, de Cristiane Cardoso