Un científico de la agencia espacial derrumba uno de los mitos relacionados a este año
El científico del laboratorio de Propulsión de la agencia espacial norte-americana, la NASA, Donald Yeomans desmiente varios mitos sobre el tan mencionado fin del mundo en el 2012. Muchos faltos de ocupación pregonan eso sin tener base científica alguna, pero Yeomans tiene la mejor ciencia a su favor, además de algo que ni él mismo esperaba: La Biblia.
Por lo tanto, no se preocupe todavía en guardar baterías y latas de conserva, ni tampoco compre aquella TV 3D de “Trescientas pulgadas” con su tarjeta de crédito porque los cobradores no van a perecer junto con la Tierra, basta de películas como la de Michael Bay y la de Roland Emmerich ( Hasta porque merece ver algo mejor ). Vamos a los hechos.
El nuevo villano planetario no es un hombre vestido de negro de los pies a la cabeza con un sable luminoso, ni un psiquiatra que se come a la gente. Es el famoso Calendario Maya, hallazgo arqueológico en forma de disco de piedra esculpido. Pero la fama es injusta según Yeomans. Sucede que “calendario” de los mayas es uno de aquellos que sirven para varios años, y su validez acaba en el 21 de diciembre de este año (el que correspondería al 2012 para ellos en equivalencia con nuestro calendario gregoriano). Entonces, algunos interpretan que ése día sería el fin de los tiempos. Puro engaño. Es como si encontrase un calendario de cualquier año y supusiese que el mundo acabaría el 31 de diciembre, por ser lo último día escrito en él.
Según el científico, el día 21 de los Mayas, el término de su cuenta anual, equivaldría a nuestro 31, después del cual siempre viene el 1º de enero del año siguiente. La piedra que vemos al lado no tiene ninguna culpa . Si los “conquistadores españoles no hubiesen diezmado la raza precolombina para echar mano de su oro, tal vez se podrían haber hallado calendarios posteriores al 2012. Puede programar alguna salida con su familia o amigos para el 22 de diciembre, que además cae sábado. Aunque pueda ser una buena disculpa para no comprar los regalos de navidad.
Tanto por una piedra
Inventaron por ahí que un planeta de un desagradable nombre, un tal Niburu, esta acercándose a la Tierra y va a colisionar contra ella. Y así aparecen los fanáticos con las teorías
de conspiración que dicen que la NASA está escondiendo la foto para no generar pánico. El también llamado Planeta X, no tiene otra cosa que hacer – a no ser visitar sistemas solares extranjeros y golpear fuertemente la casa de los otros- nunca fue detectado por los millares de astrónomos profesionales y amantes del cielo que examinan los cielos todo el santo día (y la noche, claro). Y toda esa gente descubre nuevos cuerpos celestes de vez en siempre. El telescopio orbital Hubble es testigo. Y su colega Yeomans reitera: una tontería. Vea que el científico es simplemente uno de los que llevan adelante el programa de Objetos Cercanos a la Tierra, de la agencia espacial.
En fila por favor
Reza la leyenda que los planetas de nuestro Sistema Solar (hasta Plutón, que fue retirado del club) se alinearían en diciembre de este año, es claro, el día 21. Este alineamiento, según las malas lenguas, causaría catástrofes gravitatorias en los mares y nuestros océanos: un festival de Tsunamis.
Sin embargo, antes de pensar en ballenas nadando alrededor del obelisco, Don Yeomans lamenta informar, que la inundación fue cancelada. Los únicos astros que pueden influenciar gravitacionalmente a los mares son la Luna (por la proximidad) y el Sol (por su gran tamaño). Además: no está previsto ningún alineamiento planetario para esa fecha. Y aunque hubiese, vale lo que dijo el científico acerca de nuestros luminares del día y de la noche.
Una cosa más: alguien a quien le sobra tiempo inventó que el eje de la Tierra será alterado, y que los polos magnéticos de nuestros planeta serían invertidos. Yeomans refuta: el eje de rotación de nuestro planeta no puede ser alterado, pues la órbita de la Luna en torno de él lo estabiliza.
La inversión de los polos, hasta podría suceder. Pero no de repente como suponen. Por lo menos en los próximos 500 mil años, nada de eso está previsto por la ciencia. Si eso ocurriese, sería un cambio que llevaría millares de años-sin perjuicios para la vida en la Tierra- lo cual sería percibido por los científicos, “y tendríamos tiempo dee sobra para ajustar nuestras brújulas”, dice Yeomans.
“Noé sin arca”
La semana pasada, el prefecto de la ciudad serrana gaucha de San Francisco de Paula, en Brasil, Décio Colla, dice algo que no es claro, con el debido perdón. El hombre, con sus más de 60 años años de vida, está alarmando a la población diciendo que el mundo se va a acabar el día 21 de diciembre de 2012. ¿Enloqueció? “ Noé también fue llamado loco”, dice el alcalde. Bien, Noé fue aconsejado por el propio Dios. ¿Quién está orientando al funcionario?.
Punto de vista bíblico
Don Yeomans concluye con algo muy simple, que no requiere la inteligencia de un científico espacial: desde que el mundo es mundo, millones de personas previeron el fin del mundo. El está ahí hoy y ahí va a continuar. Nadie sabe el día del Juicio final.
Bien antes de la NASA y de nuestros ociosos conspiradores, el propio Jesucristo dejó registrado en la sagradas escrituras, que sólo Dios tiene la tan especulada información:
“El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán.
Pero de aquel día y de la hora nadie sabe, ni aun los ángeles que están en el cielo, ni el Hijo, sino el Padre.
Mirad, velad y orad; porque no sabéis cuándo será el tiempo”.
Marcos 13:31-33