¿Cuál es el límite del amor para los animales? ¿Y para el ser humano? Para quien cuida de una mascota en casa no hay respuesta para esa pregunta, pues ellos retribuyen con un enorme cariño el abrigo y la familia que les ofrecemos, estableciendo un vínculo con nosotros.
Perro guía
Algunos perros son entrenados para ser los ojos de quien perdió la visión. Ellos se transforman en grandes compañeros de los deficientes visuales por la seguridad y amistad que le ofrecen al amigo humano. Esa misma escena, símbolo de amistad pura y verdadera, también se repite en el mundo animal.
Por lo menos fue lo que sucedió en Inglaterra, donde un labrador de 8 años, llamado Edward, perdió la visión de los dos ojos después de pasar por una cirugía de catarata. De perro-guía, el labrador pasó a ser guiado. Ahora él tiene una nueva amiga, la cachorra Opala, que guía también a Waspe Graham, deficiente visual y antiguo “cliente” de Edward. Este no es el primer ni único caso de ese tipo.
Amigo a toda hora
Ejemplos como este son espejo para nosotros, humanos, que tenemos una capacidad racional de apreciar y cuidar al prójimo, y amarlo como a un hermano. El vínculo de amistad que creamos cuando hay una relación de respeto y confianza nos permite pedir ayuda cuando la necesitamos, sin miedo a ser rechazados; y, por otro lado, también de estar siempre al lado para apoyar y confortar al amigo cuando es necesario. Así como podemos leer en la Biblia en este pasaje sobre las aflicciones de Job:
“Y tres amigos de Job, Elifaz temanita, Bildad suhita, y Zofar naamatita, luego que oyeron todo este mal que le había sobrevenido, vinieron cada uno de su lugar; porque habían convenido en venir juntos para condolerse de él y para consolarle. Así se sentaron con él en tierra por siete días y siete noches, y ninguno le hablaba palabra, porque veían que su dolor era muy grande.” Job 2:11,13
Si un día la visión nos faltara, sea literalmente o por cualquier situación a la que fuéramos expuestos, y si en ese momento pudiéramos contar con la compañía de una amistad verdadera, ciertamente volveremos a ver la vida a través de los ojos, de la complicidad y del amor del prójimo. La gratitud será recíproca porque recibir el cariño y la atención de quien se aprecia es tan valioso como poder ofrecernos a quien amamos.
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