El diezmo no puede ser usado aleatoriamente, aunque sea para el beneficio de personas necesitadas. La administración del diezmo cabe exclusivamente a la iglesia. El cristiano sincero conoce la necesidad de su iglesia y por eso jamás emplearía su diezmo de manera incorrecta, aunque eso tuviera la apariencia de un gesto piadoso.
Respuesta extraído del libro “Cómo ser un diezmista fiel” del obispo Edir Macedo.
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