Estaba conversando con el pastor de Vila Mariana sobre los obreros y su actitud respecto a la Terapia. Le dije que preguntara en la reunión de obreros: “¿Quién quiere tener problemas en el matrimonio?” Claro, nadie. Así como nadie quiere caer en pecado y por eso invierte en la comunión con Dios como prevención. Esta tiene que ser la visión respecto a la Terapia del Amor también — de prevención, no solo de resolver problemas. Esperar a tener problemas en la vida sentimental/matrimonio para ir a la Terapia es como esperar a caer en pecado para buscar a Dios.
Lamentablemente, muchos de los que hacen la Obra, incluso pastores, piensan que hacer la Obra de Dios es un escudo contra los problemas. Vea el caso del pastor en el blog del obispo Macedo. Nunca pensó que tendría problemas en el matrimonio. Hasta que los tuvo. Y terminó perdiendo su lugar en la Obra también.
Hacer la Obra de Dios no es un escudo. En el campo de batalla, el enemigo busca a los distraídos. Usted puede estar distraído y puede no estar prestándole atención a su matrimonio, pero el diablo sí le está. Usted puede no estar prestándole atención a su esposa, pero otro hombre lo está. La esposa puede no estar prestándole atención a su marido, pero otra mujer lo está. El enemigo busca el elemento sorpresa, entra sutilmente, cuando usted no está atento.
Muchos pastores han enseñado (o enseñaron en el pasado) que la Terapia del Amor es algo solo para quien está trabado o con problemas en el matrimonio, al punto de decirles a los obreros: “No se preocupe por su vida sentimental, haga la Obra de Dios y Él lo cuidará a usted.” Lo gracioso es que ellos nunca les enseñaron esto a los obreros sobre la vida económica, por ejemplo: “Haga la Obra de Dios que Él cuidará su vida económica.” ¿Por qué será? ¿No?
La cadena de viernes es una cadena pasajera en la vida del cristiano. La persona viene, se libera, y no necesita más esa cadena — siempre y cuando se mantenga en la fe y llena del Espíritu Santo, no va a tener más demonios. El martes, lo mismo. La cadena de los vicios, lo mismo. Entonces tenemos unos pocos días que necesitan constante mantenimiento en la vida del cristiano, por tratarse de áreas que nunca dejarán de ser necesarias, conforme el propio obispo dijo: (1) la Terapia del Amor, el génesis de la Iglesia; (2) miércoles y domingo, la Salvación y el Espíritu Santo; y (3) el lunes, para los que quieren prosperar.
Extraído del blog del obispo Edir Macedo