“Si tuviere que postrarse, llorar y sacrificar, que sea para Aquel que puede levantarlo, enjugar sus lágrimas y retribuir su sacrificio.”
Existen numerosas personas que debido a las dificultades pierden la dirección de su objetivo, se lastiman y postran delante de varios problemas que van surgiendo. Encuentran en sus lágrimas el confort y el refugio para sus fracasos.
No estan suficientemente preparadas para soportar el dolor del abandono, los grandes desafíos y los obstáculos que puedan sobrevenir en el recorrido de su caminata. Miran solamente para sus fallas y defectos y se intimidan con las limitaciones.
¡Se postran delante de varios “señores” a la espera de una solución! Se olvidan de que existe Alguien, que ya venció y soportó pruebas peores, pero no desistió, pues Él tenía en mente su objetivo y el compromiso de realizarlo en favor de todos nosotros.
Deje que Él tome el control de su vida. Postrese, llore y sacrifique para el Creador; pues solo Él podrá levantarlo, enjugar sus lágrimas y retribuir a su sacrificio.