Para responder a esa pregunta, es necesario, en primer lugar, explicar las diferencias entre los panes más consumidos en Argentina y en Israel: aquí es el francés, allá es el sirio.
El pan sirio es la pita. La costumbre es consumirlo acompañado de humus, la pasta popular de garbanzo, o con cualquier tipo de salsa. No se deben utilizar cubiertos al comer la pita, porque va absorbiendo la pasta o el caldo con la ayuda directa de las manos.
Por su parte, para quién ama los dulces, las panaderías de Tierra Santa son un paraíso. Lo más común es el rogalach, un tipo de croissant, pero con el relleno en cada vuelta de la masa. Es hecho de varios sabores. La versión más popular es la rellena de chocolate.
Las burecas (foto), que originalmente son griegas, también tienen mucho éxito en Israel. Los rellenos son salados, y los más comunes son los de batata y queso, pero pueden encontrarse rellenos con hongos, espinaca, berenjena y demás.
El pan del fin de semana es la chalá (foto). La masa es trenzada y el alimento es utilizado en ceremonias especiales para recibir el Shabat, que comienza el viernes a la noche. Generalmente, el sabor es levemente dulce y tiene pasas de uvas, cubierto con semillas de sésamo.
Las rosquitas saladas (foto) son tradicionales en la culinaria judaica en todo el mundo. Conocida como beigale (del húngaro), en Israel se puede comprar la versión con la masa dura o blanda. Son siempre saladas y generalmente cubiertas con semillas de sésamo. Son utilizadas también para hacer sandwiches.
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