Durante una concentración de fe en Portugal, el obispo Macedo explica la diferencia entre sentimiento y razón
“Si usted no piensa, no será libre y no entrará en la presencia de Dios. La salvación exige que razonemos”.
Esta fue una de las frases que marcaron la reunión del domingo 17 de junio, realizada por el obispo Edir Macedo, a las 9:30 de la mañana, durante un viaje misionero al Cenáculo del Espíritu Santo de Lisboa, en Portugal.
Ni bien comenzó la reunión, el obispo llamó delante del altar a todos los que querían aprender la diferencia entre usar el sentimiento y usar la fe inteligente, y dijo: “Para entrar en la presencia de Dios, las personas tienen que elevar sus pensamientos hasta Él, pues cuando usted entra en espíritu en Su presencia, usted pasa a estar en espíritu. Dios no es emoción, es Espíritu y por eso exige que entremos en Su presencia en espíritu. Pero para que estemos conectados con Él, tenemos que usar la cabeza, el raciocinio. Es necesario usar la mente, su razón.”
Siguiendo con la enseñanza relacionada a la fe sobrenatural, el obispo destacó la importancia de usar la razón también para alcanzar los beneficios de Dios. Él creó al ser humano con la capacidad de razonar y si la persona es emotiva y le hace caso a su corazón, a sus sentimientos, Él no puede hablar con ella. Dios sólo habla a través de Su Palabra, con los que piensan. Si usted lo escucha y pone en práctica, el resultado viene”, destacó.
Y agregó:“Fue eso lo que sucedió con Abraham, él no vio a Dios, pero dio oídos a Su voz. Dios habló con Abraham en su intelecto, en su razón. Por eso, cuando usted razona, Dios tiene facilidad para comunicarse con usted”, afirmó.
De acuerdo con la enseñanza dejada a todos los presentes, las personas que son sentimentales, sensibles y que le dejan fluir su corazón, no conocen la libertad, volviéndose esclavas de las fuerzas malignas. “El mal no quiere que usted piense, sino que use su corazón, sus sentimientos, pues cuando escucha a su corazón habrá desgracias, las personas estarán ligadas a la esclavitud por el resto de sus vidas.”
Para finalizar el obispo explicó cuál es la voluntad de Dios para todos los hijos de Abraham del presente: “Dios quiere que usted sea el sol, que brille, que de calor a las personas que están a su alrededor, y que pase la energía divina a los demás”.