Una de las quejas que oímos constantemente, cuando aconsejamos al marido y la mujer, habla respecto de la insatisfacción en la frecuencia de las relaciones sexuales
“Si yo hiciera la voluntad de mi marido, tendríamos sexo todo el día.” – Amiga.
Respuesta:
Casi todos los matrimonios, sino la mayoría, enfrentan la cuestión de diferentes niveles de deseo sexual. O ellos quieren más que ella, o ella quiere más que él. Es raro encontrar un matrimonio en que ambos tengan igual nivel de deseo.
Sin embargo, ustedes deben hacer algo al respecto.
Uno de los deberes que ustedes tienen para con su conyugue es satisfacerlo/la sexualmente. Sí, usted le debe eso a ella/él. Infelizmente muchos no piensan así. Tratan al sexo como si fuese un extra, una opción.
La verdad es que como en muchas cuestiones conyugales, ustedes tienen que ajustarse. No soy yo, ni revistas masculinas o femeninas, nadie debe decirles cuántas veces deben tener sexo por semana o mes. Eso debe ser decidido entre ustedes, porque les interesa solamente a ustedes dos. Por lo tanto, tenga en consideración la realidad de ustedes y olvide lo que fulano o beltrano hacen.
¿Él tiene más deseo que usted? Usted tiene que ajustarse y hacer el amor con más regularidad de la que le gustaría.
¿Ella tiene menos deseo que usted? Usted tiene que ajustarse y hacerlo menos veces de lo que le gustaría. Y viceversa. De manera que ustedes encuentren un medio término, una complicidad, un equilibrio.
Entienda una cosa: hacer el amor es como comer una buena comida. Usted puede no estar con hambre, pero con solo comer el primer bocado… Por lo tanto, no espere tener ganas para tener intimidad. Haga porque es correcto, es su deuda con su compañero y, a fin de cuentas, es muy bueno. (O al menos debería ser: si no lo es, ese es otro problema).
(*) Respuesta retirada del blog del obispo Renato Cardoso
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