“… y oí detrás de mí una gran voz como de trompeta, que decía: Escribe en un libro lo que ves, y envíalo a las siete iglesias…” Apocalipsis 1.10-11
Aparentemente, el apóstol se sorprendió por oír esta gran vos detrás de él, y no delante suyo o a su lado, pero, ¿por qué oyó la voz detrás de él? Ciertamente, por el mismo motivo por el cual el Señor hablo con el profeta Isaías: “… tus oídos oirán a tus espaldas palabra que diga: Este es el camino, andad por él” Isaías 30.21
También Ezequiel tuvo una experiencia semejante: “Y me levantó el Espíritu, y oí detrás de mí una voz de gran estruendo, que decía: Bendita sea la gloria del Señor.” Ezequiel 3.12
Creemos que esa voz vino detrás de Juan para neutralizar cualquier otra voz, inclusive la de su propia conciencia.
Cuando el Señor Jesús andaba con Sus discípulos, los dirigía yendo al frente. Pero ahora en Espíritu, Él dirige a Su siervo hablando detrás de él, como en secreto.
Infelizmente, los seguidores del Señor Jesús sólo encuentran tiempo para oír Su voz cuando están viviendo la presión de las pruebas de la fe.
Cuando las cosas están bien, y no está la angustia de la persecución y de las injusticias – muchas veces cometidas por los propios hermanos- en fin, cuando hay paz, no hemos tenido los oídos para oír la dirección de nuestro Señor.
El Espíritu Santo sólo habla cuando tenemos oídos para oírlo. Cuando Él sabe que no vamos a prestar atención, no habla.
Volviendo al versículo, el apóstol dice: “…una gran voz como de trompeta” (Apocalipsis 1.10). Es muy importante que notemos las palabras “como” y “semejante”. Ellas aparecen muchas veces en el libro del Apocalipsis e indican una comparación, y no una identificación.
Sucede que Juan no tenía palabras para expresar exactamente lo que veía. Por eso tuvo que usar las comparaciones. La gran voz que oyó, por ejemplo, no era exactamente una trompeta, pero como de trompeta.
La mención de este instrumento musical en la Biblia es frecuente, porque era usado en ocasiones militares y religiosas, para convocar al pueblo.
Podemos considerar dos ocasiones especiales en que las Sagradas Escrituras se refieren al uso de la trompeta: en el mundo terrenal y en el mundo celestial. En el mundo terrenal sucedió cuando Dios reunió el pueblo de Israel al pie del Monte Sinaí:
“Al amanecer del tercer día hubo relámpagos y truenos, y una espesa nube se posó sobre el monte. Un fuerte sonido de trompetas hizo que todos en el campamento temblaran de miedo. Entonces Moisés llevó al pueblo fuera del campamento para encontrarse con Dios, y se detuvieron al pie del monte.
Todo el monte Sinaí echaba humo debido a que el Señor había bajado a él en medio de fuego. El humo subía como de un horno, y todo el monte temblaba violentamente.
El sonido de trompetas fue haciéndose cada vez más fuerte; Moisés hablaba, y Dios le contestaba con voz de trueno.” Éxodo 19.16-19
En el mundo celestial, en la revelación al apóstol Juan, cuando el Señor reunió Su pueblo celestial, en el arrebatamiento de Su iglesia. El sonido que Juan oyó fue como de trompeta.
Significa que la trompeta celestial no es exactamente igual a la trompeta hecha del cuerno de carnero, usada por el pueblo de Israel en aquella época.
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