Vivi Freitas enseña que la sociedad con Dios es la mejor manera de hacer que algo bueno suceda en la vida de una persona
¿Cuántas iglesias, pastores, esposas y obreras están hablando de lo que comprendieron de la religión? ¿Cuántos no saben la situación caótica en la que se encuentran? Se engañan a sí mismos porque piensan que están en el camino correcto, cuando en realidad se están engañando y engañando a otros.
Muchos ya salieron de la IURD y lo normal es intentar convencer a los demás de su insatisfacción. Comienzan una nueva secta, copiando todo lo que hace la IURD, porque no quieren saber lo que Dios quiere, sólo quieren alimentar su propio estómago.
Sin embargo, no estoy aquí para perder tiempo en comentar las actitudes de ellos. Y usted amiga, que frecuenta la IURD, pero que no tiene nada nuevo, si alguien conversa con usted, el asunto se tratará siempre sobre los milagros y superaciones del pasado. Nada nuevo. ¿Por qué?
Porque usted no se renueva. Y ni siquiera percibe la gravedad de su situación espiritual. No importa el tiempo de Iglesia, cuanto más tiempo tenga, más debe requerir algo nuevo, porque de lo contrario siempre estará en la misma vida repugnante.
Muchos piensan que por el simple hecho de estar en la iglesia, ya está todo bien. ¡Negativo! Usted tiene que actuar. Tiene que haber un cambio, pero no con señales que duran sólo un momento, sino transformaciones que duren toda la vida.
Medite. Deje de ser perezosa con su inteligencia. Busque algo nuevo que salga de adentro suyo y la forma más evidente para que eso suceda es su sociedad con Dios. De la manera que usted dé, así va a recibir. Si usted siempre está dando lo mismo es porque no tiene esa sociedad con Él. Usted da lo que es suyo, por eso no tiene nada nuevo. Y encima de todo es egoísta.
“¡Cómo! ¿Yo?” Sí, ¡usted! Y puede leer esta palabra bien despacio: E G O Í S T A.
Hágase un favor a sí misma: reflexione y piense, porque no voy a masticar por usted. Use su fe inteligente y evalúe.