El país intensifica la persecución a los fieles que continúan practicando la fe
Corea del Norte, desde que el dictador Kim Jong II murió, en 2011, y su hijo Kim Jong Un (foto arriba) asumió el puesto de gobernante principal, venía ganando alguna esperanza con la sutil abertura política y la suspensión de antiguas restricciones, como el consumo de alimentos tradicionales de la cultura occidental (pizza y papas fritas) y el uso de teléfonos celulares.
Sin embargo, lo que el país continúa presenciando en el país son las feroces persecuciones, principalmente a los fieles cristianos. A pesar del discurso de tolerancia del nuevo dirigente norcoreano, no se notó ninguna mejoría al respecto de la iglesia cristiana perseguida.
Según Ryan Morgan, analista del International Christian Concern, el informe de la Comisión de Estados Unidos sobre “Libertad Religiosa Internacional” apuntó que el régimen norcoreano, está considerando a las religiones, cada vez más, como “amenazas potenciales a la seguridad del país”.
De acuerdo con el analista, un cristiano fiel y toda su familia pueden ir a prisión sólo por poseer una Biblia, hecho que es considerado un crimen en Corea del Norte. Además afirma que el régimen del país mantiene a más de 70 mil cristianos prisioneros en campos de concentración.
Las actitudes tomadas por el gobernante dictador de Corea del Norte y por quien sigue sus órdenes van totalmente al encuentro de los preceptos de la fe de la iglesia cristiana y de las enseñanzas provenientes de la Palabra de Dios en la Biblia.
“Yo os envío como a ovejas en medio de lobos. Sed, pues, prudentes como serpientes y sencillos como palomas. Guardaos de los hombres, porque os entregarán a los concilios y en sus sinagogas os azotarán (…) Seréis odiados por todos por causa de Mi nombre; pero el que persevere hasta el fin, éste será salvo.” Mateo 10:16-17; 22
Ser cristiano hoy, en algunos lugares, es tan difícil como en la época de los apóstoles, cuando ellos eran perseguidos y martirizados a causa de su fe en el Señor Jesús. Corea del Norte, según el informe norteamericano, ofrece recompensas para quien proporcione información que los lleve hasta los cristianos que practican su fe y estén involucrados en la distribución de la Biblia.