Cuándo voy a la iglesia y no tengo nada para dar, ¿debo ponerme triste? – Amigo
Respuesta:
¡No! ¡Usted no puede y no debe estar triste! Vamos a mostrarle el motivo por el cual su tristeza no es, del todo, racional:
En verdad, la tristeza refleja un estado de espíritu de creencia en la imposibilidad de revertir la situación vivida. Pero, su tristeza al no tener nada para dar, en realidad, no tiene razón de ser o cualquier otro fundamento, por los siguientes motivos:
1. Porque el pastor no pide para sí mismo;
2. Porque el pastor no pide porque la Iglesia necesite;
3. La razón por la que pedimos es porque Dios manda que lo hagamos, lo que en verdad, es:
– Precisamente para bendecir la vida de quienes nada tienen para dar o que hasta están en la miseria,
– Para quienes ya tienen algo, pero quieren más;
– Para quienes hasta tienen mucho, pero quieren multiplicar lo que poseen.
Por eso, usted que no tiene nada, no tiene el derecho de ponerse triste, ni con el semblante derrotado o preocupado.
Usted si tiene que:
1. Indignarse,
2. Materializar esa indignación, dando lo que usted tiene o puede, pues todos tienen algo para dar, aunque para el resto del mundo no parezca nada (como fue el caso de la viuda pobre),
(*) Respuesta retirada del blog del obispo Julio Freitas
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