Es necesario saber priorizar lo que es realmente importante
El mundo se desarrolló y el sistema llevó a la mujer al mercado laboral, sin embargo no le quitó sus responsabilidades esencialmente femeninas. Resultado: muchas tareas y pedido de atención.
Para dividir su tiempo entre hijos, marido, trabajo y tareas domésticas, es necesario que ella sepa priorizar lo que es realmente más importante en ese momento. “Tiene que notar qué está robando su tiempo, que no suma nada. Así, logrará hacer su lista diaria, con las actividades que deben ser realizadas”, explica la psicóloga Débora Cristina de Macedo Jorge.
Pero, el problema no son las prioridades, sino cómo lograr realizarlas a todas. “Si la mujer está bien interiormente, logrará poner las cosas en orden. Caso contrario, no rendirá lo que necesita en ese día.”
Está claro que el día también debe ser dividido entre realizar tareas y brindar atención a las personas. “Por eso, la lista de prioridades es imprescindible. Así se verá la necesidad de cada uno de los miembros de la familia y los horarios en que podrá dedicarse a ellos. En el caso en que no logre organizarse, podrá traer como resultado el distanciamiento de las personas y, con eso, se sentirá sola y aislada”, enfatiza la psicóloga.
Por tener la caraterística de ser multifacética, la mujer puede hacer varias cosas al mismo tiempo. Pero eso tiene su lado malo. “No es bueno, porque ella se exige demasiado. Cuando no hace un buen trabajo en lo que se propuso hacer, termina pasando eso a las personas a su alrededor. Influenciando negativamente la relación de la familia. Además de eso, el objetivo no alcanzado puede perjudicar el autoestima, dejando a la mujer frustrada y triste.”
Mirándose a sí misma
Cuando hay organización, es posible dividir el tiempo de la mejor manera para hacer un buen trabajo y también cuidarse. “Por ejemplo, el tiempo en que los hijos están en la escuela puede ser usado para arreglarse el cabello, hacerse las manos, además de mantener la vida social con sus amigas y otras actividades que usted prefiera”, enseña Débora.
La importancia de este tiempo para sí misma es para que no viva alguna consecuencia personal que pueda afectar otras áreas de su vida. “Por la falta de tiempo para cuidarse, ella comienza a no considerarse bonita, y eso automáticamente se transfiere al matrimonio, sin que lo perciba, sin querer, llevando muchas vecees al fin de la relación. Además de volverse una mujer frustrada y no tener condiciones emocionales de luchar contra eso.”