Todos los viernes, se les enseña a las personas a usar la fe en la Palabra de Dios para que se liberen de las garras del mal
Todos los viernes, en el Cenáculo del Espíritu Santo de la provincia de Gunma, Japón, se lleva a cabo la Cadena de Liberación, pasando por el valle de la sal. Todas las personas que participan de ese encuentro de fe, reciben la oración para la quiebra de la maldición.
Recientemente, en una de estas reuniones, el pastor Roberto Furuguem, responsable del templo, destacó la importancia de recibir ese tipo de protección espiritual.
Él recordó que muchas personas que han participado del encuentro, llegan al templo cargadas, debido a los innumerables problemas que están enfrentando en sus vidas; y agregó: “por no conocer al causante de esos males, viven depresivos.”
Continuó explicando: “En cierta ocasión, el Señor Jesús dijo quién es el responsable de todo el sufrimiento de la humanidad: `El ladrón no viene sino para hurtar y matar y destruir; yo he venido para que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.´” (Juan 10:10).
El trabajo de la IURD en Japón ha sido incesante. “Nuestro objetivo es ayudar a las personas, enseñándoles a usar la fe en la Palabra de Dios y, así, ser libres de todo mal”, afirma el pastor.
Libre por la fe
Patrick Fonseca participa frecuentemente de las reuniones y afirma haber encontrado la solución para sus problemas. “Llegué al Cenáculo con mi vida destruida. Nada me salía bien, mi matrimonio estaba acabado y mi vida económica toda atada”, relata.
Al participar de la Reunión de Liberación, Patrick cuenta que aprendió a usar la fe y a creer que todo es posible. “Comencé a hacer la cadena de liberación y mi vida cambió. Hoy, gracias a Dios, estoy liberado y restructurado”, enfatiza.