Continuamente se escucha por ahí, que todos buscan la fórmula secreta del éxito en la vida. Hay innumerable cantidad de libros alardeando sobre el tema, pero solo uno es realmente eficaz: la Biblia. En ésta es posible encontrar el camino para el éxito a través de la Palabra de Dios.
Y es de allí que el obispo Edir Macedo destaca un pasaje fundamental para la comprensión del tema: “Dad y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo, porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir.” Lucas 6:38
El obispo explica que ese es el verdadero secreto del éxito. “Es sencillo que usted lo entienda. Es lo mismo que estar en la intimidad y usted darse a la otra persona. Usted se da, usted recibe. Y, en cambio, comienzan a nacer los hijos, los frutos de ese amor.”
Pero esté alerta, pues no hay cómo recibir sin dar “Para cosechar el fruto de la tierra, usted tiene que dar. Usted que es empresario, por ejemplo, tiene que dar su vida 24 horas por día para conquistar el éxito, su salario. Y su empleado, para recibir el salario, tiene que dar parte de su vida. Quien da más recibe más, quien da menos recibe menos. Esa es la ley de la vida.”
Y cuando usted se entrega de cuerpo y alma para el Señor Jesús, Él le da la contrapartida. “En lo que respecta a la fe, la relación, en lugar de ser dirigida al ser humano, es dirigida a Dios, al creador. Los que creen y se entregan, y se sacrifican por su creencia, por su compromiso, por su relación con Dios, obligatoriamente, reciben el milagro por parte de Él.”
Sin embargo, el obispo distingue que la relación con Dios no está fundamentada en la emoción, sino en la razón. “No hay espacio para dogmas, preceptos. Nosotros aprendemos en la Biblia que la fe no tiene nada que ver con la emoción o con los sentimientos. Tiene que ver con la razón, con la inteligencia. Si no, es como correr atrás del viento.”
Para finalizar, el obispo afirma que la grandeza de Dios es tan suprema que, a través de la fe, ese Dios se materializa aquí en la Tierra a través de las aspiraciones: “Nosotros trabajamos con ideas, con una visión de la grandeza de Dios, que es Padre y; como todo padre, quiere lo mejor para sus hijos. Pero nuestro creer en Dios va más allá de tan solo darle crédito. Hay un compromiso de asumir esa creencia para que sacrifiquemos y, a partir de ahí, Dios nos dé aquello que pedimos. Dios inspira, pero nosotros tenemos que ejecutar”.
¡Piense en eso!
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