“Estoy casada hace 6 años, tenemos una hija pequeña y los dos trabajamos. Casi no tenemos tiempo para conversar, mi marido llega cansado del trabajo y va a la televisión. Yo tengo que cuidar de mi hija y de la casa. Nunca salimos para pasear, nuestra vida está hecha una rutina y yo no sé qué hacer para mejorarla. ¡Por favor, ayúdeme!” – Nádia.
Respuesta:
Nádia, una de las preguntas que más oímos como consejeros matrimoniales es: “¿Cómo la pareja puede evitar que la relación caiga en la rutina?” Vea algunos consejos:
1. Primero los dos tienen que saber qué es lo que su compañero ve como rutina. Aclarar los significados, entender bien la visión de su pareja y cómo la compara con la suya. ¿Hay diferencias?
2. Exponer las expectativas. ¿Qué espera de mí para no dejar que nuestra relación esté chata? ¿Salir una vez por semana? ¿Ir de vacaciones una vez al año? ¿Hacer una sorpresa agradable en fechas especiales? Y claro, busque al máximo atender esas expectativas.
3. Equilibrar las necesidades. Obviamente, el que tiene mayor facilidad para aburrirse con la rutina va a necesitar que su compañero sea más activo al hacer las cosas que quiebren la costumbre en la relación. Por otro lado, si usted está casado con alguien que adora la rutina, tendrá que aprender a disminuir un poco sus expectativas para que su pareja no se sienta siempre incómoda por el hecho de siempre estar haciendo su voluntad a costa de la suya. El equilibrio es esencial.
Aderezando los puntos anteriores son la sal del romance. No importa cuanto tiempo ustedes estén juntos, ustedes tienen que verse como novios. Así, ustedes nunca considerarán a su compañero ya conquistado. Por lo contrario, continuarán siempre ese lindo juego de la conquista, donde cada día estarán pensando en maneras de expresar el amor y tocar en el corazón de su pareja.
Con un poquito de esfuerzo, su relación puede ser vibrante no importa cuantos años hace que ustedes estén juntos.
(*) Respuesta retirada del blog del obispo Renato Cardoso