Fundador y líder de la Iglesia Universal del Reino de Dios, el obispo Edir Macedo, define la importancia del Espíritu Santo: “Es el bien más importante de la vida, el mayor tesoro del ser humano” y explica la necesidad de estos días de sacrificio:“Cuando nosotros sacrificamos por una causa divina, es imposible que Dios no escuche.” Lea la entrevista:
1- ¿Qué es el Espíritu Santo?
Obispo Macedo – El Espíritu Santo es Dios, es la persona de la Santísima Trinidad. Un solo Dios Padre y Dios Hijo. Es el Espíritu Consolador que guía y sustenta la fe de aquellos que se entregan de cuerpo alma y espíritu a Su Hijo Jesucristo. Él no es una fuerza, una energía o cualquier sensación, resultado de emociones o sentimientos. Es una realidad viva y presente en lo más íntimo de aquel que cree en la Palabra de Dios en el más sensible para oír Su voz. Su acción se lleva a cabo de manera concreta y permanente. Es el bien más importante de la vida, el mayor tesoro del ser humano.
2- ¿Por qué la Iglesia Universal está realizando 21 días del ayuno por el derramamiento del Espíritu Santo? ¿Cuál es el significado de esta abstinencia?
Obispo Macedo – Cuando nosotros sacrificamos por una causa divina, es imposible que Dios no escuche. ¡Es imposible que Él no atienda a nuestra oración, es imposible! Yo tengo experiencias personales para decir esto. En los momentos más difíciles y cruel es de mi vida, el Espíritu Santo nunca me abandonó. Y después de aquellos días, de aquellos difíciles días de luchas, vinieron los momentos de alegría, gozo y placer. El Señor Jesús pasó por esto.
3 – ¿La abstinencia es apenas de alimentos?
Obispo Macedo – No. En estos últimos días todos nosotros no estamos mirando televisión o navegando por internet, por ejemplo. Buscamos aislarnos del mundo. Estamos en él, pero nos mantenemos alejados. De esta manera es más fácil para el Espíritu Santo operar. Uno tiene más capacidad de oírlo. En estos días muchos están enfrentando luchas. ¡Y no será porque estamos en ayuno que las cosas se pondrán fáciles, no! Hay barreras difíciles. Pero, tenemos el apoyo del Espíritu de Dios para resistir las luchas. Y claro que cuando prometemos y cumplimos nuestros votos, sacrificamos lo que tenemos que sacrificar, entonces vendrá la cosecha. Y esto es lo que va a suceder.
4 – ¿La religión lleva las personas al Espíritu Santo?
Obispo Macedo – No, jamás. Al contrario: el Espíritu de Dios libera a la persona de las religiones, filosofías, mandamientos, doctrinas y otras ataduras para vivir por la fe y servir a Dios. Nada, absolutamente nada en este mundo puede transmitir vida para el ser humano, sino el Espíritu de la propia vida. El Espíritu Santo es exactamente el Espíritu del Dios-Padre vivo, prometido por el Dios-Hijo vivo, para vivir adentro de cada uno de nosotros, ¡y tengamos vida eterna así como el Dios-Padre y el Dios-Hijo tiene!
5 – ¿Cuál es exactamente la misión del Espíritu Santo?
Obispo Macedo – Revelar al Señor Jesús en el corazón del hombre. El Espíritu de Dios ha llegado y tiene la misión de habitar en la vida de aquel que Lo acepte. En Su santidad, el Espíritu Santo edifica, consuela, guía y fortalece la vida del verdadero cristiano. Somos morada del Espíritu Santo. Jesús envió el Espíritu Santo a la iglesia en el día de Pentecostés (Hechos 2) y bautiza a todos aquellos que tengan un encuentro personal con Él.
6 – ¿Qué es el bautismo con el Espíritu Santo?
Obispo Macedo – El bautismo con el Espíritu Santo significa poder, fuerza y coraje de vivir así como vivió el Señor aquí en la Tierra. De acuerdo con la Biblia es imposible ser cristiano sin haber tenido un revestimiento sobrenatural de Dios sobre la persona. Nosotros hemos visto muchos cristianos sinceros haciendo un esfuerzo enorme para mantener sus vidas de acuerdo con las Sagradas Escrituras, pero ha sido en vano. Si con el bautismo en el Espíritu Santo no es fácil vencer las luchas de este mundo y mantener una vida recta y fiel, imagínese con el bautismo.
7 – ¿Cómo fue su encuentro personal con el Espíritu Santa?
Obispo Macedo – Yo tuve que sacrificar mis deseos personas y buscarlo de cuerpo, alma y espíritu. Entregue y busque con todas mis fuerzas y cobre de Dios Su promesa. Y luego de algunos meses lo recibí.
8 – En diciembre de este año, usted cumplirá 40 años de casamiento con la señora Ester. ¿Cómo el Espíritu Santo ha ayudado a su matrimonio?
Obispo Macedo – Ester y yo éramos como dos papas. Fuimos cosidos durante el noviazgo durante 8 meses. En el altar, sellamos nuestra alianza y el Espíritu de Dios estaba allá para firmarla. Luego de haber sido aplastados, el Espíritu de Dios, como la leche unió las “papas” de forma inseparable. Nosotros nos convertimos en un puré. Esto sucede con todos los que llevan en serio el compromiso del matrimonio como si fuera con Dios.
9 – Usted ha repetido en su programa en “Radio Aleluya” y en el blog que los participantes de esta campaña serán prosperadas. ¿Cómo es posible afirmar esto?
Obispo Macedo – Preste atención: nosotros somos como la tierra y Dios, en la persona del Espíritu Santo, es la semilla. Si la tierra es buena, si la tierra está preparada, está fertilizada, si no hay piedras, si nuestra mente está limpia, si nuestro corazón está limpio, o sea estamos purificados de las cosas de este mundo, la semilla tiene que florecer. ¿Qué cree usted que va a suceder? La semilla divina que es el Espíritu Santo, viene sobre nosotros de la misma forma como vino sobre María, que era virgen. Así sucederá con cada uno que se entrega en esta campaña de fe.
10 – Si pudiera dar un consejo para el que está en la campaña y desea sinceramente recibir el Espíritu Santo, ¿qué le diría?
Obispo Macedo – Sacrificio. Renuncia. Despojo completo de los pensamientos seculares y total inmersión en los pensamientos de Dios, la Biblia. A partir de esta entrega total, obligatoriamente al Señor Jesucristo responde completamente con Su Espíritu. El dijo: Pues si vosotros, siendo malos, sabéis dar buenas dádivas a vuestros hijos, ¿cuánto más vuestro Padre celestial dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan? (Lucas11:13). Esta promesa es para los que creen. El que cree recibe.