Isaac es el hijo de la promesa, a pesar de las circunstancias humanas, ya que Sara era estéril y fue madre a los 90 años de edad y Abraham, padre a los 100 años (Génesis 17:17). Dios cumplió Su Palabra con su nacimiento.
Abraham ya tenía un hijo con la sierva de Sara, llamado Ismael, quien también tendría descendentes multiplicados sobre la Tierra, pero Dios dijo que Su alianza sería con Isaac (Génesis 17:20-22).
Después que Isaac nació, Dios le pidió que lo entregara como ofrenda en el Monte Moriah. Y así lo hizo el patriarca. Caminó hasta el lugar, preparó todo y, en el momento en que él inmolaría a su único hijo, el Señor lo impidió, pues supo que Abraham era fiel (Génesis 22:1-18).
Lo que Dios dio, Él puede pedirlo de nuevo
¿Cuántas veces dudamos de Dios cuando Él nos promete algo? La duda entra en el corazón porque, al mirar hacia alrededor, las situaciones no están a favor para que la bendición suceda. Pero tenemos que creer solamente, creer que viviremos y así sucederá.
Entonces, después de algún tiempo esperando que la promesa del Señor suceda, llega y trae mucha alegría. Pero Dios, para probar, pide de ofrenda justamente lo que el terminó de dar. ¿Antagónico? Tal vez, pero una prueba que tenemos que pasar.
Al pedirle a Abraham, Isaac, él no lloró, ni indagó a Dios ni decidió no hacerlo. Sin planearlo, tomó a su hijo y se dispuso a obedecerlo.
El Señor le pidió a Isaac para ver si Abraham era realmente un hombre obediente, si realmente sacrificaría a su propio hijo por amor a Él, aun después de mucha espera y mucha fe para ver la promesa concretada.
Que usted no esté aferrado a aquello que Dios le concedió. Que esté preparado para ofrecer todo lo que Él dio.
El resultado de una ofrenda obediente
Solo después de ver la actitud de Abraham fue que Dios hizo innumerables promesas en relación a su descendencia. Dios quería una demonstración de fidelidad, obediencia y desprendimiento.
Esté preparado. No se aferre, sea voluntario y esté dispuesto a obedecer a Dios en cualquier circunstancia, para vivir lo mejor que Él tiene reservado para usted.