Antes de comenzar a comentar con respecto al bautismo con el Espíritu Santo, queremos dejar bien en claro que el simple hecho de aceptar al Señor Jesucristo como único Salvador y ser bautizado en las aguas por inmersión, no implica automáticamente el bautismo con el Espíritu Santo. Puede incluso suceder, no es imposible, que en el momento en que la persona está siendo bautizada en las aguas por inmersión, también sea bautizada con el Espíritu Santo. Esto, naturalmente, depende de la fe del candidato en el Señor; sin embargo, no es una cosa implícita en la otra.
El bautismo con el Espíritu Santo significa poder, fuerza, coraje, intrepidez y audacia para vivir tal como el Señor Jesús vivió aquí en la Tierra. Es imposible ser cristiano de acuerdo con la Biblia sin tener un revestimiento sobrenatural de lo alto sobre el candidato.
Nosotros hemos visto muchos cristianos sinceros haciendo un esfuerzo sobrenatural para mantener sus vidas dentro del patrón bíblico, sin embargo ha sido en vano. En verdad, si con el bautismo con el Espíritu Santo no es fácil vencer las tentaciones y mantener el testimonio fiel, ¡imagine sin el bautismo!
En realidad, muchos buscan esquivar los problemas, las tentaciones, no por una cuestión de obediencia a la Palabra de Dios, que dice que debemos huir del mal, sino, por miedo a tropezar y caer. Mire, si el miedo existe, entonces es porque hay debilidades; y si hay debilidades, entonces es porque hay necesidad de un revestimiento de poder, conforme a la promesa del Señor Jesús, cuando dijo: “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.”, (Hechos 1:8).
Cuando alguien recibe el bautismo con el Espíritu Santo, recibe inmediatamente poder para servir como instrumento en las manos del Espíritu Santo; recibe poder para servir como testimonio de la resurrección del Señor Jesús. No testimonio en el sentido de hablar de aquello que está escrito en la Biblia; sino ser como el propio Señor Jesús, un testimonio vivo de alguien vivo, ya que atestiguar con palabras es fácil, y para eso no se necesita necesariamente ser cristiano, basta con conocer la Biblia.
El poder para testificar, del cual nos capacita el bautismo con el Espíritu Santo, es realizado con la propia vida, pues el cristiano tiene que ser la Biblia abierta para los incrédulos. El carácter del Señor tiene que manifestarse en él de día y de noche, durante toda su vida. Por lo tanto, sin el bautismo con el Espíritu se hace imposible vivir de acuerdo al modelo bíblico.
Entonces, sin ser testigo no se puede ser cristiano de la forma en que el Señor desea, pues como está escrito: “El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.”, (1 Juan 2:6).
Quien bautiza con el Espiritu Santo?
En el bautismo en las aguas por inmersión, tenemos tres elementos:
1) el candidato
2) las aguas
3) el pastor
En el bautismo con el Espíritu Santo también tenemos tres elementos:
1) el candidato
2) el Espíritu Santo
3) el Señor Jesucristo
Al ser bautizado con el Espíritu Santo, la persona, de la misma forma que en el bautismo en las aguas, es literalmente inmersa (cubierta) por el Espíritu Santo.
Según el testimonio de Juan el Bautista, quien bautiza así es el Señor Jesús, agregando la palabra “fuego” que, aparentemente contrastando con el agua, también ejerce una acción purificadora al quemar y destruir las impurezas:
“Yo a la verdad os bautizo en agua para arrepentimiento; pero el que viene tras mí, cuyo calzado yo no soy digno de llevar, es más poderoso que yo; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.” Mateo 3:11
Es imposible que alguien se diga bautizado con el Espíritu Santo si, verdaderamente, no tiene al Señor Jesús como su único pastor y Señor.
Texto extraído del libro “El Espíritu Santo” del obispo Edir Macedo