En la época de Salomón, hubo un gran incentivo social respecto a actividades intelectuales y culturales. El sucesor de David preparaba el terreno para que la inteligencia de los súbditos fuera desarrollada, para comprender mejor no sólo lo que ya se había escrito para la Biblia, como lo que estaba por venir. Fue en esa época que Salomón en persona escribió algunos libros de la Palabra, y lo siguieron otros, llamados los “libros sapienciales” de las Escrituras (Job, Proverbios, Eclesiastés, Cantares).
Esos son la “parte filosófica” de la Biblia, ya que tratan de triviales y de grandes asuntos que se refieren a la calidad de vida de los verdaderos seguidores de Dios hasta hoy. En Job, por ejemplo, están en debate el sufrimiento y la perseverancia. Los consejos para una vida mejor están en las páginas de Proverbios. Eclesiastés habla del sentido de la vida y el amor es protagonista de Cantares.
En lo que enseña, la Biblia demuestra que la sabiduría no es la simple acumulación de informaciones, como algunos pueden pensar. En verdad, es conocer mejor a Dios, haciendo que esa sea la guía para todos los aspectos de la vida. Eso requiere del lado intelectual, de entender la verdad, en conjunto con lo moral, de vivirla, y en lo práctico, de aplicarla. Pensamiento, compromiso y acción, juntos.
Paciencia y búsqueda
Job es un libro realmente interesante. Muestra a un hombre privado de todo lo que definía su vida, cayendo en un pozo de desgracias, aparentemente, interminable. Aun en ese camino rumbo al fondo, en lugar de rendirse – como algunos le aconsejaron – él usó el impulso de la caída en su favor: intenta entender lo que le sucedió y el motivo. Sus amigos intentan explicarle eso a él, pero desde puntos de vista, netamente, humanos (ilustración principal). Job se da cuenta que buscaba a Dios por medio de palabras de consuelo y de explicaciones solamente especulativas, cuando se dio cuenta de que alcanzaba con sujetarse a la presencia del Padre, con Su poder y Su justicia, y confiar en Él. Job entendió aquella antigua definición que oímos cuando nos enseñan sobre el paciente hombre privado de todo: tenía contacto con Dios solo por haber oído hablar de Él, hasta que comenzó a conocerlo de verdad, conviviendo con Él.
Eclesiastés aun hoy es el interrogante de muchos lectores. Comienza mostrando que las cosas no tienen un sentido aparente, la vida es un eterno trajín sin significado. Sin embargo, hace eso solamente para instigar al fiel a entender que no sirve de nada buscar tener el control absoluto de todo, pues pertenece a Dios, el verdadero sentido de la vida es servirlo. En resumen: obedecerlo.
“El fin de todo el discurso que has oído es: Teme a Dios y guarda Sus mandamientos, porque esto es el todo del hombre.” Eclesiastés 12:13
Consejost
Proverbios reúne consejos cortos basados, en su mayoría, en aspectos de lo cotidiano bíblico, que nos sirven hasta hoy. Exhorta al fiel a ser un hijo honrado de Dios, íntegro en todos los sentidos.
“El Señor abomina el peso falso, pero la pesa cabal le agrada.”
Proverbios 11:1
Amor recíproco
Cantares muestra el muy interesante aspecto de una persona sabia: el amor. Llega a hablar sobre este en cuanto a su lado físico – nunca vulgarmente. Las referencias al mundo natural para mostrar el mundo espiritual, se interpreta como la relación de amor entre Dios y su pueblo – bilateralmente.
En resumen, la verdadera sabiduría, desde los tiempos bíblicos hasta hoy, consistía en el temor al Señor, no solo en bellos discursos y en una apariencia íntegra, sino en una forma inteligente de vivir nuestra fe todos los días de nuestras vidas, y en todos los aspectos – trabajo, amor, compromiso, honestidad, familia y muchos otros. Y “temor” aquí no está en el sentido negativo de miedo, sino del respeto edificante hacia el Padre, de acuerdo a Sus preceptos.
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