La palabra del hebreo transliterada (escrita con base en su pronunciación) como beth, beit o bet, da la idea de “casa”, “habitación”, “lugar de”. Es usada como prefijo para los nombres de varias ciudades, algunas muy famosas por ser escenario de acontecimientos bíblicos.
“Cuando se acercaban a Jerusalén, junto a Betfagé y a Betania, frente al monte de los Olivos, Jesús envió dos de Sus discípulos,” Marcos 11:1
Betfagé: Nombre de una villa al pie del Monte de los Olivos, en Jerusalén. Fue allá que Jesús consiguió, por medio de sus discípulos, un burro, que usó para su entrada triunfal en Jerusalén (Marcos 11). El nombre proviene de “lugar de los higos verdes”, por la presencia de imponentes higueras.
Betania: También a uno de los lados del Monte de los Olivos. Era donde vivían los hermanos Lázaro, Marta y María, amigos de Jesús que protagonizaron, con Él, pasajes importantes de Su ministerio en la Tierra. Hay dos interpretaciones para la etimología. Una es que el nombre se origina de la expresión hebrea bét nîyyah contracción de bét nanîyah (“casa de Ananías”). La otra es que sería la traducción de “casa de los dáctiles” – más probable para el caso de otra ciudad del mismo nombre, “la Betania más allá del Jordán”, en Samaria, cerca de donde Jesús fue bautizado por su primo Juan (Juan 10:40).
Betel: “Casa de Dios”, donde Jacob tubo su famoso sueño (Génesis 28:12) y donde Dios le habló (Génesis 35:15).
Bet-avén: “Lugar de las cosas vacías” (Oseas 10:5), nombre dado a Betel después que el rey israelita Jeroboán la transformó en un lugar de adoración a ídolos de falsos dioses (Oseas 10:5).
Betsaida: “Lugar de pesca”, en la costa del Mar de Galilea, donde Jesús predicó varias veces y realizó milagros. En la famosa villa de pescadores nacieron los apóstoles Felipe, Andrés y Pedro (Juan 1:44; 12:21).
Betesda: “Lugar de la Gracia”, en Jerusalén, un tanque abastecido por una fuente (en la foto principal de este artículo) que tenía fama de milagrosa; lugar donde Jesús curó un hombre que no lograba caminar, de lo enfermo que estaba (Juan 5).
Belén: Lugar de nacimiento de Jesús (Mateo 2:1). El nombre Belén es una variación de Beth lehem, “casa del pan”; muy apropiado también, ya que el propio Mesías se definió como el “pan de la vida” (Juan 6:48). Hoy está ubicada en Cisjordania, bajo la responsabilidad de la Autoridad Palestina. En la Biblia hay una segunda Belén, citada solamente una vez -una villa cerca de 10 quilómetros al noroeste de Nazaret- de la cual hoy sólo restan ruinas, fue uno de los lugares habitados por la tribu de Zebulón (Josué 19:10-15).
Conozca una importante herramienta para construir un mundo mejor
Y vea 3 pasos fundamentales que usted debe dar
En la parada de ómnibus solo un niño está sentado. Siente mucho frío, pues solo tiene una remera de mangas largas y hay nieve por todos lados. Los autos pasan y él mira de un lado al otro, mientras espera el transporte público. ¿Qué es lo que usted haría si ve esa escena?
La situación anterior, en realidad, fue una experiencia promovida por la red de acciones SOS Mayday, en la ciudad de Oslo, en Noruega, país ubicado al norte de Europa, y el niño era solo un actor. Sin embargo, la actitud de las personas que se acercaban al niño fue sorprendente.
Una señora le prestó su bufanda; un hombre le prestó su campera; una muchacha le prestó los guantes que usaba. Cada persona que paraba a su lado decidía tomar alguna providencia para librarlo del frío.
Ahora bien, ¿usted pensó por qué ellos desearon ayudarlo? La respuesta está en la consciencia de que una vida tiene valor. Las personas tuvieron compasión de él, se pusieron en su lugar y notaron la intensidad de la mala sensación que sentía al recibir vientos congelados.
Es importante la concientización de que la compasión debe ser promovida en la relación entre las personas en el día a día, y, así, cada uno puede contribuir con una sociedad más justa y desarrollada.
Tres pasos para la compasión
Cuando somos solidarios con las personas, comprendemos sus opiniones, sus motivos, sus deseos, sus dolores, sufrimientos y también reflexionamos sobre cómo nuestras actitudes pueden ser perjudiciales para los demás.
Vea a continuación tres pasos que son fundamentales para la práctica de la compasión:
1. Ignore los prejuicios: aunque la persona tenga una opinión o un gusto diferente al suyo, demuestre respeto por ella y oiga lo que tiene para decir.
2. Póngase en el lugar del otro: ¿usted ya pensó qué difícil debe ser vivir en la calle? ¿O cómo se siente alguien que fue abandonado por su familia? ¿Y si ese fuera usted? Estas preguntas nos ayudan a colocarnos en la vida de la otra persona y a comprender sus razones.
3. Pare y piense: coloque en la balanza sus decisiones, reflexione sobre qué es correcto hacer, piense en las consecuencias de sus actitudes en la vida de las otras personas.
Actuando así, con certeza, usted estará colaborando para un mundo mejor.
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