¿Alguna vez sufrió una injusticia en la vida, o alguien fue injusto con usted? No obstante, usted, ¿sabe reconocer cuando no está siendo justo en alguna ocasión? La justicia es una virtud que permite el respeto mutuo entre las personas porque defiende el derecho y el deber de cada uno.
Las oportunidades no siempre son justas en nuestra vida sentimental, profesional y económica. A veces un mal entendido, un chismerío o la interferencia de personas malintencionadas pueden atravesar el camino e intentar retrasar, o destruir nuestros planes.
“Abominable es que los reyes cometan maldad, porque con la justicia se afirma el trono.” Proverbios 16: 12
La justicia nos permite actuar y ser tratados de acuerdo a la voluntad de Dios. Escuchar y ser escuchado, sin falso testimonio ni juzgando precipitadamente, basados en la búsqueda de la Verdad y haciendo sólo lo que es debido. Ese tipo de comportamiento fortalece el espíritu y trae bendiciones para la vida.
Nos cabe a nosotros actuar de la manera correcta. La legitimidad de nuestras acciones confirma cuánto confiamos en Dios, siguiendo lo que dice su Palabra. Actuar con rectitud frente a las dificultades y calumnias contra usted u otros, nos acerca cada vez más a las enseñanzas del Señor Jesús.
“El que camina en justicia y habla lo recto, el que aborrece la ganancia de violencias, el que sacude sus manos para no recibir soborno, el que tapa sus oídos para no oír propuestas sanguinarias, el que cierra sus ojos para no ver cosa mala, éste habitará en las alturas, fortaleza de rocas será su lugar de refugio, se le dará su pan sus aguas tendrá seguras.” Isaías 33: 15 – 16