Ana María ejerció como despachante de aduana durante 40 años. Durante mucho tiempo vivió con su familia holgadamente. Pero ya no, la crisis la había golpeado y había tenido que cerrar su oficina y liquidar a sus 11 empleados.
Ahora llegaba el momento más difícil de su vida: vender su casa para poder pagar sus deudas. Había intentado con distintos emprendimientos, intentando salir de esa situación, pero nada funcionaba. Entonces perdió las ganas de seguir intentando, se deprimió tanto que había perdido la esperanza de poder recuperar lo que había perdido. Y cuando ya todo parecía perdido. Ana María descubrió que existía una salida para su situación…
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