“Estoy en la iglesia hace aproximadamente 1 año y medio y estoy muy frustrada conmigo misma. Quiero mucho cambiar mi vida y crecer espiritualmente, sin embargo, cada vez que comienzo a entregarme más en la iglesia y a involucrarme con las cosas de Dios, termino cansándome. Y cuando me doy cuenta, estoy en la etapa cero nuevamente. Hago las cadenas de oración y digo que voy a cambiar, pero, cuando menos lo espero, me encuentro débil y me desanimo nuevamente. ¿Qué hago para salir de este ciclo?”
Respuesta:
Amiga, usted dice que se siente frustrada consigo misma, pero, en realidad, lo que tiene que suceder es una verdadera indignación en su interior con respecto a esa situación.
¿Qué le ha impedido proseguir en la fe? ¿Qué cosas la han vencido? ¿Qué la ha apartado de sus sueños? ¿Usted, de verdad, odia esas cosas, o aún siente placer por ellas?
Amiga, hacer las cadenas de oración en la iglesia es muy importante, sin embargo, mucho más importante que las cadenas es su determinación.
Usted puede no creerlo, sin embargo, todos nosotros tenemos el poder de decidir qué hacer de nuestra vida, pues nuestro Señor nos dio ese poder cuando nos dio el libre albedrío.
Ni el mundo, ni el pecado, ni mucho menos el diablo es capaz de obligarnos a hacer algo que nosotros no queremos hacer. Ahora, como ya dije antes, es necesario que se indigne.
Usted necesita comenzar a odiar, con todas sus fuerzas, a todo lo que la ha debilitado y la ha separado de sus objetivos.
Si lo que la ha alejado de sus sueños es la amistad con el mundo, entonces, sepárese de él. Si fuere la pereza, entonces, deshágase de ella. Si fuere el pecado, entonces, tome la decisión de no entregarse ni postrarse más ante él. ¡Usted tiene ese poder amiga, crea!
Espero haberla ayudado.
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