“Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella; porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.” Mateo 7:13-14
La Biblia muestra que Dios creó al hombre y también le dio libre albedrío para elegir hacer lo que quisiera de su vida. Adán, instigado por Eva, eligió andar el camino de la desobediencia y comió el fruto del árbol de la vida, desagradando a su creador. En cambio, Noé eligió obedecer la orden de Dios y, así, salvó a todos los animales y su familia del gran diluvio que vino sobre la Tierra.
Ante la información bíblica, muchas personas se cuestionan: ¿cuál es el camino que debemos seguir para llegar hasta Dios y conquistar una vida de calidad en todos los aspectos?
“Jesús le dijo: Yo soy el camino, y la verdad, y la vida; nadie viene al Padre, sino por mí.” Juan 14:6
En la actualidad, muchas personas dicen que no tienen tiempo para Dios y, en consecuencia, tampoco para este camino, dejando hasta de preguntarse a sí mismas cuál es Su propósito para sus vidas. Aun así, Dios, en su infinita gracia, siempre ha dado oportunidades para que los que en Él creen recorran sus directrices a través de la fe sobrenatural.
“La fe sobrenatural es el medio de comunicación con Dios. Cuando hablamos de esa fe, hablamos de la relación con Dios, de un resultado, de una alianza, de un pacto. Él dice que nos volvamos hacia Él, que Él se volverá a nosotros. Por lo tanto, cuando hablamos de fe, no se trata de religión, pues sabemos que lo que es importante para Dios es que usted es una persona y, como tal, necesita ayuda”, comentó el obispo Edir Macedo durante la programación de la IURD TV.
Sin embargo, la fe tiene sus misterios, exige ciertas actitudes que cada uno tiene que tomar por sí mismo. Decisiones no siempre fáciles, pero que, una vez que son dirigidas por la Palabra de Dios, surten efectos mayores que lo esperado.
Antes de llegar a la Iglesia Universal del Reino de Dios, Natali da Silva, de 19 años, tenía una familia totalmente destruida. Las peleas constantes en su casa la impulsaron a involucrarse con las drogas y, para mantener ese vicio, tenía como única opción el pedir dinero a las personas en la calle. En el submundo de las drogas y sin más esperanza de tener una vida exitosa, pasó a tener pánico.
Pero, después de aceptar una invitación para participar de las reuniones en el Cenáculo del Espíritu Santo, Natali decidió andar en los caminos de Dios y su vida fue totalmente transformada.
“En paz me acostaré, y asimismo dormiré; Porque solo tú, Señor, me haces vivir confiado.” Salmos 4:8
Si usted desea ponerle un basta a su sufrimiento y quiere alcanzar la paz, participe este miércoles, de una de las reuniones en el Cenáculo del Espíritu Santo en Av. Corrientes 4070 a las 8, 10, 16 y 20 hs o busque una IURD más cerca a su domicilio, haciendo clic aquí.