La ciudad de Hamamatsu es conocida como uno de los centros industriales de Japón. Allí se localizan las sedes de las corporaciones como Honda, Suzuki y Yamaha. La ciudad se encuentra en la provincia de Shizuoka, la segunda del país con el mayor número de brasileños. Hamamatsu también cuenta con la presencia de la Iglesia Universal del Reino de Dios.
Recientemente en el Cenáculo del Espíritu Santo, en la ciudad japonesa, se realizó una Concentración de Fe y Milagros. En esa oportunidad, el obispo Marcelo Rocha habló de cómo se produce la transformación de vida. “Todo cambio necesita una fuerza mayor que la resistencia ofrecida, o sea, quien desea alcanzar el cambio en su vida financiera, familiar, física y hasta espiritual, necesita ir con toda la fuerza contra el problema”, explicó el obispo.
Según él, es necesario rechazar todo lo negativo que se ve o escucha. “No deje que los pensamientos de dudas, miedo e inseguridad lo influencien. Resista todo lo que le impide conquistar el cambio en su vida”, afirmó.
El obispo destacó que es necesario colocar toda la fuerza en lo que queremos alcanzar. “Vemos el ejemplo de Gedeón que aun con miedo, puso toda la fuerza y al obedecer a Dios venció a los enemigos (Jueces 6:14-16). Mantenga el foco, venza al desánimo y vaya con toda la fuerza contra la resistencia.”
Cambio de vida
Durante la reunión, el obispo Macedo conversó con las personas que tuvieron una transformación de vida. Una de ellas fue Alexandra Camargo, que subió al altar para dar su testimonio, acompañada por su marido Marcel Camargo.
Alejandra contó que tuvo problemas en su matrimonio. “Yo me casé y me parecía que la felicidad duraría para siempre. Pero no tardaron muchos los problemas. Fuimos víctimas de la envidia y mi tan soñado matrimonio feliz se derrumbó.”
Ella cuenta que su marido pasaba los fines de semana fuera de su casa y siempre tenía una excusa para salir y dejarla sola. “Yo no sabía qué hacer, no tenía más fuerzas para luchar. Veía a mi matrimonio destruirse y no lograba hacer nada más que llorar.”
Cuando decidió participar de las reuniones en el Cenáculo del Espíritu Santo, la vida de la pareja comenzó a cambiar. “Encontré una esperanza: ?la Hoguera Santa de Israel?. Me lancé en ese propósito e hice mi sacrificio, porque no soportaba más tanto sufrimiento. Estaba cansada y quería un cambio. Poco tiempo después los cambios se produjeron. Dios honró mi sacrificio, salvó mi matrimonio, libró a mi marido de la muerte y lo transformó. Hoy es una persona maravillosa con quien tengo el placer de compartir mi vida. Es un amigo, un compañero y mi eterno novio. Con el matrimonio restaurado tengo una familia feliz y bendecida”, cuenta.
Después del testimonio, el obispo Marcelo se refirió a Proverbios 10:6: “Hay bendiciones sobre la cabeza del justo…”, a partir de esta palabra, el obispo invitó a todos los que estaban cansados de sufrir a tocar en su cabeza ungida con aceite, para que a través del sacrificio y la obediencia a Dios sus vidas fueran totalmente transformadas.