En la entrevista a La Red Social Planet Universal, la escritora Cristiane Cardoso revela cómo surgió la idea de cantar el tema “Ah, qué día”
En la entrevista a La Red Social Planet Universal, la escritora Cristiane Cardoso revela cómo surgió la idea de cantar El tema “Ah, qué día”
¿De dónde vino la inspiración para cantar?
En verdad la inspiración vino de mi padre. Nos encontramos en África y él me dijo que tenía una canción para mí. Me dijo que tenía la letra, la melodía y que yo debería unir las dos, para que la pudiésemos cantar en un propósito especial que comenzaría en algunos días. Entonces así fue que surgió la inspiración, que le vino a mi padre y no a mí.
¿Cuál fue su reacción cuando le hizo ese pedido?
En el momento quedé paralizada. Pero cuando sucede algo así, por la fe, enseguida digo: “-sí, claro ¿por qué no?” Acepté aun sin saber cómo sería y cómo lo haría pues ustedes saben que yo no soy cantante.
Entonces ¿por qué él la eligió?
Esta es realmente es una buena pregunta. Yo no sé, pero creo que él no quería una cantante profesional para cantar esta canción. No quería alguien que se destacara en su talento o en lo bien que cantara. Porque yo le dije: “- Perdón papá… es que no se cantar muy bien, solo puedo ayudarlo con la música”. Pero él dijo: “No. Yo quiero que cantes esta canción”. Entonces yo creo que él quería alguien que realmente conociera lo que estaba cantando, alguien que mostrara el significado de la música, que realmente sintiera lo que estaba cantando, en el corazón.
¿De quién fue la idea de grabar la canción en un estudio profesional?
Bueno, la primera grabación fue solo para entregársela a mi padre, ya que me había pedido unir la letra con la melodía, y yo trabajé para unir todo. Grabe la canción junto con el pastor Lucas, pero no pensé que mi padre pondría esa versión en todos lados. Yo creía que solo grabaríamos la canción para que él supiera cómo sería y que después él se la daría a otra persona para que la cante.
¿Usted se puso nerviosa con esta experiencia?
No, no estuve nerviosa. Por un instante, fue un shock, porque cantar no es mi talento. Minutos antes de la grabación mucha gente intentó enseñarme, decían: “se canta así…” y “solo necesita hacer esto…”. Yo me sentí un poco oprimida porque no soy cantante y nunca pensé que cantaría. Pero ahora que está hecho, me siento aliviada porque se terminó. Así que, si me preguntan si voy a cantar de nuevo, yo respondo que no, eso no va a suceder (risas).
Al principio la letra era en portugués, después fue traducida al español y al inglés. ¿Cuál de las dos fue el mayor desafío?
Ambas fueron un desafío, pero creo que la versión en español fue la más difícil de cantar por el idioma, pues me cuesta más hablar español.
Cuéntenos algo más respecto al clip de la canción
Mi marido quería un videoclip, pero yo no quería solo un clip cantando. Cada vez que canto siento como si estuviera bailando en la Presencia de Dios y quería trasmitir eso. Entonces puse una bailarina en la playa, pues es así que yo me siento: en la playa, bailando feliz, porque finalmente encontré al amor de mi vida.
¿Imaginó que la canción grabada sería oída en el mundo entero?
¡No! Nunca. Nunca me lo imagine, no me considero una cantante.
Si en el pasado alguien le hubiera dicho que un día cantaría, ¿cómo hubiera reaccionado?
Aunque la idea de cantar nunca hubiera pasado por mi cabeza, yo la creería, porque creo que Dios puede hacer mucho a través de nosotros, hasta cosas que nunca pensamos que podríamos hacer.
A usted ¿le gusta cantar?
Me gusta cantar karaoke (Risas), no en público. Solo entre amigos, en un ambiente distendido, porque, repito, yo no me considero una buena cantante. Aun tocando el teclado en la iglesia durante mucho tiempo, nunca canté, nunca…
¿Cuándo aprendió a tocar teclado?
Alrededor de los 11 años, mi papá me pidió que aprendiera a tocar piano, porque era un instrumento que él amaba y no podía tocar, por el problema que tiene en las manos. Él me dijo: “¿por qué no aprendes a tocar piano? Tal vez un día puedas tocar en la iglesia, en mi reunión”. A mí me gustó la idea de tocar para servir en la iglesia, entonces aprendí no porque me gustara sino para ayudar a mi padre y tocar en su reunión.
Recuerdo que cada vez que yo tocaba el piano en casa, él se ponía tan feliz, que venía y me daba un beso, y eso hizo que me gustara cada vez tocar más.
¿Cuál es la importancia de la música en la obra de Dios?
Yo creo que es importante, pero no es lo más importante. Creo que las personas no deberían depender de un fondo musical para hablar con Dios o para estar en Su presencia. No creo que la música sea importante a tal punto de tener que escucharla todo el día. Pero es buena, a veces, cuando uno no sabe cómo expresarse. Cuando estás orando a Dios y no sabes qué decir, no hay palabras, la música dice muchas cosas. A veces, ni siquiera es la letra de la canción, sino la melodía la que expresa cómo te sentís. En ese aspecto es buena, no es lo más importante, pero es buena.
¿Usted cree que la música puede ser peligrosa?
Tanto la música como el arte en general, que se mezclan con las emociones son peligrosas; si usted no tiene equilibrio. En ese caso la música puede apartarlo de Dios, pues hace que la persona quede muy emocionada, que le preste atención a los problemas y le impida usar la fe.
Algunas canciones entristecen a las personas, por eso es necesario el equilibrio. Por ejemplo, cuando me pongo triste, no escucho música. Si estoy enfrentando un problema muy difícil, no escucho música, porque cuando lo hago en esas situaciones las cosas solo empeoran. En esos momentos uso mi fe.
Ahora que usted tiene una experiencia como cantante, ¿qué consejos le daría a alguien que está comenzando a cantar?
Creo que no es necesario estar preocupada en cómo cantar sino en hacerlo para Dios. Cuando haces algo para Dios y lo haces por la fe, Dios te puede usar, no solo en su relación con Él, sino también a otras personas, pues muchos han tenido experiencias con Dios a través de esta canción, escuchando la voz de alguien que no sabe cantar.
Eso demuestra que no es la voz, ni el talento, sino el significado. Es hacerlo para Dios y no para uno mismo, ni para que alguien te aprecie o por dinero. Pues usted no puede glorificar a Dios por razones personales, usted debe glorificar a Dios por quien es Él, y no para usted. Entonces, hágalo para Él y será bueno. Cualquier talento que usted está intentando construir, sea tocando el teclado en la iglesia o cantando, sepa que, si hiciera esto para Dios, no será preciso preocuparse con lo que van a decir las personas, ni con lo que el pastor podrá pensar. Usted puede cometer errores – ese es el proceso de aprendizaje- solo concéntrese, persevere y Dios lo usará.