Más de la mitad de los 215 millones de niños trabajadores en el mundo realizan actividades peligrosas y cada minuto muere uno de ellos por accidentes, enfermedades o graves traumas psicológicos relacionados con ellas, denunció hoy la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Según los datos recogidos por esta entidad y divulgados con ocasión del Día Mundial contra el Trabajo Infantil, 115 millones de menores efectúan labores de alto riesgo y una gran parte de ellos se encuentra en Asia. En América Latina son 14 millones los niños trabajadores y en la Argentina, 456.000, según el Ministerio de Trabajo.
Las labores de riesgo pueden tener un impacto muy severo en los cuerpos y mentes frágiles de los niños y los sectores donde esto es más común son la agricultura, la pesca, el servicio doméstico, la minería, el cartoneo y la venta ambulante.
Esto explica que todas las informaciones reunidas de distintas partes del mundo por la OIT indiquen que la tasa de accidentes y muertes relacionadas con el trabajo sea mucho más alta entre los niños que entre adultos.
La situación en la Argentina
En el país, la ley 26.390 prohíbe “el trabajo de las personas menores de dieciséis años en todas sus formas, exista o no relación de empleo contractual, y sea éste remunerado o no”. Sin embargo, según datos de la Encuesta de la Deuda Social Argentina, realizada por la Universidad Católica Argentina (UCA), en la Argentina urbana cerca del 17 por ciento de los niños y adolescentes de entre 5 y 17 años realiza actividades domésticas de modo intensivo y/o trabaja por su cuenta para ayudar económicamente a su familia.
Asimismo, se calcula que 6,9 por ciento realiza únicamente trabajos domésticos como cuidar a sus hermanos menores, preparara la comida y participar de las tareas del hogar (3,5 por ciento en los niños y 14 por ciento en los adolescentes), 8,7 por ciento realiza trabajos no domésticos (3,7 por ciento en los niños y 19 por ciento en los adolescentes) y 1,4 por ciento realiza ambas actividades, es decir tareas domésticas y no domésticas (0,3 por ciento en la niñez y 3,6 por ciento en la adolescencia).
Estos datos sólo dan cuenta de lo que ocurre en la ciudad. En la Argentina rural abunda el trabajo infantil, muchas veces en condiciones infrahumanas. La recolección de hortalizas y hierbas aromáticas, el corte de ladrillos, y la recolección de leña figuran entre las principales actividades e implican muchas veces el manejo de substancias tóxicas y herramientas peligrosas.
El trabajo infantil refuerza las desigualdades al afectar la educación de los chicos. Se estima que el ausentismo escolar concierne el 9,1 por ciento de los niños y adolescentes de trabajadores de 5 a 17 años, mientras que entre los no trabajadores es de 3,9 por ciento.