En Montevideo, Uruguay, jueves 10 de enero a las 20 hs., en Avenida 18 de Julio 1301.
En Asunción, Paraguay, viernes 11 de enero.
En Buenos Aires, Argentina, domingo 13 de enero, a las 14 horas en Av. Corrientes 4070
Mientras nos preparamos para esta fecha tan importante, medite en este texto extraído del blog del obispo Macedo:
Humildad: la base del carácter de Dios
Nosotros necesitamos, diariamente, hacer una reflexión sobre nuestras actitudes – en lo que se refiere a nuestra relación con las personas que nos rodean, en casa, en el trabajo, en la escuela, en la iglesia, en fin, en los lugares que frecuentamos, independientemente de nuestra posición social o nuestra posición dentro de la iglesia – para que veamos si estamos ejerciendo el verdadero cristianismo, pues es muy común que observemos eso al principio de la conversión, pero la práctica del cristianismo jamás se aparta de aquellos que nacieron de Dios.
La humildad, por ejemplo, es la base del carácter de Dios y de aquellos que nacieron de Él. Por otro lado, el orgullo es la base del carácter del diablo y de aquellos que nacieron de la carne. Observe que el orgullo nació antes de que existiera el mundo, pues nació en el cielo y consiguió destruir a Lucifer y a la tercera parte de los ángeles del cielo, transformándolos en demonios. Por su parte, la humildad fue la primera enseñanza que el Señor Jesús se preocupó en dar a Sus discípulos y al pueblo, cuando comenzó Su ministerio terreno:
“Bienaventurados los pobres en espíritu, porque de ellos es el reino de los cielos.”Mateo 5:3
Si fuera el diablo enseñando, diría: “Desventurados los orgullosos de espíritu, porque de ellos es el reino de las tinieblas.”
El Señor Jesús no solo enseñó, sino dio el ejemplo: “… Se despojó a Sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, Se humilló a Sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.” Filipenses 2:7-8
Conocemos a muchos hombres y mujeres que un día fueron un exponente en las manos de Dios; líderes que hacían la diferencia y que ganaron muchas almas en este mundo, y cayeron, porque no vigilaron y dejaron que el orgullo entrara en el corazón, o nunca habían nacido de Dios, y, por eso, el orgullo estaba escondido y se manifestó en el momento de mayor crecimiento de sus ministerios – y en la mayoría de ellos, eso era evidente en la manera arrogante, prepotente y pedante de tratar a sus pequeñitos subordinados.
¡Atención! No importa si se trata de un miembro, un obrero, un pastor, una esposa de pastor, un obispo o una esposa de obispo, si usted no tiene en su espíritu la humildad, muy especialmente en el tratamiento con las personas que lo rodean; es decir, si usted es una persona que trata mal a las otras creyéndose superior a ellas, ese espíritu no proviene de Dios. ¡Cuidado! Vea lo que dicen las Escrituras:
“Antes del quebrantamiento se eleva el corazón del hombre, y antes de la honra es la humildad.” Proverbios 18:12
¿Y nosotros, obreros, miembros, pastores, esposas de pastor, obispos y esposas de obispo? ¿Será que estamos tratando a los que nos rodean con humildad o con orgullo en el corazón, creyéndonos superiores a ellos?
Pensemos.
Dios los bendiga.