El estudio de la Academia Estadounidense de Neurología encontró que quienes consumían cuatro latas de soda en promedio diario tienen más probabilidades de sufrir depresión, pero las posibilidades aumentan mientras más dietéticas y de sabores sean las bebidas.
De acuerdo a este nuevo estudio, las bebidas endulzadas artificialmente estarían vinculadas con la depresión, siendo las versiones “light” o “diet” las más peligrosas .
Aunque según la publicidad de refrescos el consumo de estos promueve felicidad e incluso euforia, el análisis dice que las gaseosas más bien provocan depresión.
Para llegar a estas conclusiones, un grupo de investigadores de Estados Unidos estudiaron el consumo de bebidas de 265.000 hombres y mujeres entre 50 y 72 años. Luego de diez años, se le preguntó a los voluntarios si habían sido diagnosticados con depresión en los cinco años anteriores.
De acuerdo a los resultados, aquellos que bebían más de cuatro latas de bebidas por día tenían un 30% más de probabilidades de tener depresión que aquellos que no que bebían nada. Los jugos por otra parte aumentaba las probabilidades en un 38%. El riesgo parecía ser más alto en aquellos que consumían bebidas light.
Según los investigadores, esto se debe a la presencia del edulcorante artificial aspartamo.
Por otra parte, los científicos descubrieron que aquellos que ingerían cuatro tazas de café por día tenían 10% menos probabilidades de depresión que aquellos que no bebían café. De acuerdo a Honglei Chen, uno de los científicos que formó parte de la investigación, esto se debe a que el café estimula el cerebro.
De acuerdo al experto, el estudio no explica la conexión entre las bebidas y la depresión, por lo que todavía se desconoce el vínculo exacto entre las bebidas y la salud mental. Una de las teorías que tienen es que el consumo de bebidas está relacionado con la diabetes y la obesidad, lo cual puede provocar un trastorno en el estado de ánimo.
El estudio fue anunciado durante la conferencia de la Academia de Neurología de Estados Unidos y fue respaldado por el Instituto Nacional de Salud, el Instituto Nacional de las Ciencias de Salud del Medio Ambiente y por el Insitito Nacional del Cáncer de Estados Unidos.