En la ofrenda de sacrificio se materializa la fe sobrenatural. Obviamente no estamos hablando apenas del sacrificio perfecto relacionado a las ofrendas económicas, sino de todo lo que es ofrecido a Dios por medio del sacrificio. El sacrificio en el comportamiento en relación a Dios es semejante, por ejemplo, sea en la obra espiritual, sea en la obra normal, conforme está escrito: “Dad a César lo que es de César, y a Dios lo que es de Dios” (Marcos 12:17).
No sirve de nada que la persona sea fiel solamente en la iglesia o delante de los hermanos y sea infiel a su esposa, al marido, a la familia, en el trabajo, etc. Si la persona es movida por la fe inteligente, su sacrificio se extenderá desde el altar, yendo hacia su hogar, en la calle donde vive, al trabajo, en fin, donde quiera que la persona vaya. Su conducta debe ser su ofrenda continua de sacrificio. De esa forma si no gana almas por hablar, lo hará a través de su comportamiento ejemplar.
Eso es fe sobrenatural práctica. Como recompensa, sucede lo mismo con las promesas divinas, que dejan de ser teóricas y pasan a ser reales en la vida de las personas. Quiere decir: la ley física de acción y reacción descubierta por Newton, también se aplica en el campo espiritual al probar que: “Para cada acción hay siempre una reacción, opuesta y de la misma intensidad”.
El Espíritu Santo enseña la misma ley, de la siguiente manera: “todo lo que el hombre sembrare, eso también segará” (Gálatas 6:7). En la práctica, eso nos lleva a decir que si la fe de alguien en la promesa de Dios es puramente teórica, entonces el cumplimiento de esa promesa en la vida de ese alguien también será teórica. Por eso, si la fe en la Palabra de Dios es puesta en práctica, entonces la respuesta divina también será cumplida: “Dad, y se os dará” (Lucas 6:38).
Es una cuestión de justicia divina que depende de la acción de la fe. La fe sobrenatural exige la actitud del sacrificio por su naturaleza espiritual. Ya la fe emotiva censura cualquier tipo de sacrificio porque su naturaleza humana es naturalmente egoísta.
Si el asunto es fe sobrenatural, entonces la actitud también tiende a ser sobrenatural. Abraham, Jefté, Daniel, Sadrac, Mesac y Abed-Nego son algunos ejemplos extraordinarios de fe. En la calidad de sus ofrendas de sacrificio mostraron la calidad de fe que agrada a Dios.
Además de significar dependencia total por parte del fiel al Altísimo, es la forma más convincente a los ojos del mal, de probar que el fiel decidió dedicar su vida cien por ciento a Dios. En el sacrificio está la vida del que sacrifica. En el caso que el sacrificio sea imperfecto como el de Caín, significa que la confianza en Dios no es total. Caín dio una ofrenda de buen sacrificio. Pero en ella falto el elemento más importante del sacrificio, que es la sangre.
En la sangre está la vida de la ofrenda, ella es señal de alianza con Dios, y cuando falta, la ofrenda no tiene representación. O sea, falta quien represente la vida del que ofrenda. Es por eso que la ofrenda de Caín no fue aceptada. No nos estamos refiriendo literalmente a la sangre, pero sí a las actitudes de sacrificio en relación a la verdadera fe, estas serían: las oraciones, las alabanzas, las canciones y las ofrendas dedicadas a Dios de forma habitual, pero sin espíritu.
Texto extraído del libro “La voz de la Fe” del obispo Edir Macedo