“Bienaventurado el que lee y los que oyen las palabras de esta profecía, y guardan las cosas en ella escritas, porque el tiempo está cerca.” Apocalipsis 1:3
Guerras, hambre, crímenes, odio, desastres. Esos son algunas de las señales del cumplimiento de las profecías bíblicas. Tales acontecimientos indican que la venida de Jesús está cercana y que aquellos que depositan su confianza y fe en Él, con seguridad, entrarán en el Reino de los cielos.
Normalmente, cuando alguien muere, la primera pregunta que hacen los familiares al recibir la triste noticia es ‘dónde está el cuerpo?’. O, ‘¿dónde será velado el cuerpo?’, pero difícilmente los que se quedan, se cuestionan: ¿Para dónde fue el alma que estaba dentro del cuerpo? La preocupación de las personas se limita apenas a lo que puede verse, es decir, a la parte física, pero el cuidado del alma que no muere y es eterna, habitualmente queda en segundo plano.
Eso es porque muchos desconocen las enseñanzas bíblicas de que, dependiendo de la vida vivida aquí en la Tierra, después de la muerte, la persona estará eternamente con Dios, en el paraíso, o eternamente con el mal, en el lago que arde con fuego y azufre.
Consciente de la importancia de ese tema, la Iglesia Universal del Reino de Dios realiza todos los miércoles la reunión de la “Noche de la Salvación”, donde todos podrán aprender cómo alcanzar el bien mayor de Dios: la vida eterna. Por eso, si usted se preocupa por el destino de su alma, participe, hoy, miércoles, en el Cenáculo del Espíritu Santo en Av. Corrientes 4070 – Almagro; o en la Iglesia Universal del Reino de Dios, más cercana a su hogar.
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