En Israel, un hombre pone la muerte en el taller y la transforma en belleza.
Yaron Bob (foto), un profesor de computación, se convierte en artista y herrero en sus horas libres. Toma restos de los peligrosos cohetes balísticos Kassam, utilizados por organizaciones beligerantes palestinas (principalmente el brazo armado de Hamas), las calienta hasta que se hacen brasa y, bajo los golpes del martillo, moldea flores, estrellas de David, palomas, mapas de Israel e incluso menorahs (íconos de la región, candelabros judíos de siete velas o lámparas). También adornos de mesa, llaveros y bijouterie. Después, los vende por un valor considerable y destina el dinero de la construcción a abrigos antibombas para la población.
Bob eligió las rosas como tema principal. Según él, en entrevista al periódico norteamericano The New York Times, “en búsqueda de un nuevo símbolo para la paz, una respuesta a la muerte”.
Peligro errático
Las comunidades israelitas que bordean la Franja de Gaza conocen bien a los Kassam. Con el cambio al siglo 21, las facciones violentas palestinas del otro lado de los muros, comenzaron a usar los cohetes caseros llenos de explosivos, que causan gran destrucción donde caen. El verbo “caer” es muy apropiado en este caso, ya que los Kassam no son más que exagerados proyectiles de morteros lanzados desde bases rudimentarias (foto), sin un sistema de mira (por eso se los denomina cohetes – no misiles, ya que tienen forma de ser comandados-).
Muchos de ellos caen en áreas deshabitadas (inclusive en territorio palestino). Aun así, al alcanzar una edificación o al caer cerca de las personas, los daños son grandes (como lo muestra la foto, en una casa de Sderot, ciudad fronteriza, ya bombardeada por miles de cohetes de ese tipo). Hay registros oficiales de casi 20 muertes de israelitas provocadas por los Kassam desde 2004.
De cohetes a rosas
En el extremo sur de Franja de Gaza, en el Negueb, bien cerca de la frontera de Israel con Egipto y el Líbano, está el moshav Yated. Un moshav es una comunidad rural cooperativa que combina haciendas gerenciadas por privados con servicios colectivos (no confundir con los kibutz, en donde la propiedad es administrada colectivamente en el aspecto general). Allí vive Yaron Bob, quien convirtió la parte de atrás de los canteros de su casa en oficina y atelier.
Frente al escenario de conflicto que lo cercaba, el profesor hizo su elección por la no violencia. No les desea el mal a los palestinos ubicados del otro lado, sin embargo, hizo de su hobby una protesta silenciosa, pero con expresión. Comenzó a recolectar los pedazos de cohetes Kassam recogidos por los policías de Ofakim, una pequeña ciudad próxima, y a guardados en la delegacía local. De éstos, comenzó a forjar sus rosas. En una entrevista al periódico The Jerusalem Post, el artista dejó su recado: “Tomar algo usado para matar y transformarlo en un símbolo de belleza, desarrollo y prosperidad es un mensaje poderosísimo”.
Se necesitan cerca de 3 horas para hacer una rosa manualmente. Generalmente, Bob la suelda en una base con el formato del mapa de Israel, mostrando el lugar alcanzado por el cohete, usándolo como materia prima. Los objetos siempre se hacen en series limitadas.
Después, las obras de gran belleza, se ponen a la venta en el sitio “Rockets into Roses”, con precios que van desde US$ 39 a poco más de US$ 2 mil, conforme el tamaño, sin contar el traslado. La mayoría de los compradores son judíos norteamericanos. Toda la ganancia se convierte en recursos para la construcción de abrigos antibombas.
Previsto en las Escrituras
En el Antiguo Testamento ya había indicios de armas recicladas, en una franca profecía:
“Lo que vio Isaías hijo de Amoz, acerca de Judá y de Jerusalén.
Acontecerá que al final de los tiempos será confirmado el monte de la casa del Señor, como cabeza de los montes; será exaltado sobre los collados y correrán a él todas las naciones.
Vendrán muchos pueblos y dirán: «Venid, subamos al monte del Señor, a la casa del Dios de Jacob. Él nos enseñará sus caminos y caminaremos por sus sendas.» Porque de Sión saldrá la Ley y de Jerusalén la palabra del Señor.
Él juzgará entre las naciones y reprenderá a muchos pueblos. Convertirán sus espadas en rejas de arado y sus lanzas en hoces; no alzará espada nación contra nación ni se adiestrarán más para la guerra.”
Isaías 2:1-4
Los conflictos de la historia de Israel se refieren a los días de hoy y a todos nosotros. Y de eso se trata la reunión ministrada por el obispo Macedo todos los domingos a las 18 hs., y en todos los Cenáculos del Espíritu Santo del mundo. El Estudio del Apocalipsis habla no sólo de las profecías sino de cómo estar listos para el arrebatamiento, la salvación, caminando con rectitud, según los preceptos de Dios, enseñados por el Señor Jesús. Y eso se hace día a día, de a poco, siempre.
El Estudio del Apocalipsis es transmitido a través de IURD TV ( www.iurdtv.com).