El sufrimiento está allí, estampado en decenas de rostros. Personas que no tienen un techo, que perdieron las esperanzas, la dignidad. De repente, un “ángel” aparece y despierta el brillo en esas miradas, revive la esperanza en sus corazones, muestra que el cambio de vida es posible.
En realidad, son varios “ángeles”, que tienen como objetivo ayudar al prójimo, diseminar el amor que el Señor Jesús nos dejó. Ellos son parte del grupo de voluntarios de Ángeles de la Noche, de la Iglesia Universal, que ayuda a los necesitados en distintos lugares del mundo. El grupo lleva ese nombre porque sus miembros están revestidos del poder de Dios.
Esos voluntarios escuchan distintas historias con atención y paciencia. Algunas de las personas que viven en las calles terminan allí por tristeza y enfermedades. Por eso, el grupo, además de comida y ropa, les lleva, principalmente, la Palabra de Dios para que conozcan a Él único que puede cambiar su historia.
Recientemente, los Ángeles de la Noche llevaron la Palabra y realizaron una oración especial, pidiéndole a Dios la sanidad, la liberación y la Salvación de todos los que viven en las calles del Centro Histórico de Lima, capital de Perú.
El grupo hace el trabajo en el lugar hace aproximadamente un año. Más de 100 personas reciben todos los jueves a la noche un plato de comida, ropa y cariño de las manos amigas de los voluntarios. Muchas veces, ellos ya están cansados de las tareas cotidianas, sin embargo, siempre Dios los capacita para hacer el bien al prójimo.
(*) Con información de El Universal de Perú